Antes de controlar con las presas el río Guadalquivir, este era muy caudaloso.
Hallamos
en “El Guadalete, periódico político y literario”, de 30 de junio de 1883:
Es altamente meritorio el hecho, de que nos dan noticia los periódicos sevillanos, de que el cabo de la Guardia Civil, Antonio Mateo Sánchez, destinado a la villa de San Juan de Aznalfarache que, con gran exposición de su vida, se arrojó al río y salvó la de un joven de 19 años, que estaba a punto de ahogarse y cuya madre no sabía qué hacer para significar su gratitud al salvador de su hijo.
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