Continuamos hablando en
este blog, sobre la historia de San Juan de Aznalfarache, del pacifista
republicano, ingeniero y diplomático Otto Engelhardt, que vivió en nuestro
pueblo, en Villa Chaboya, entre los años 1915 y 1936, hasta que fue detenido y
ejecutado. Varias decenas de artículos escribió para ser publicados por
periódicos, en las fechas en las que vivió en nuestra localidad.
A continuación, exponemos las
líneas más interesantes dentro del artículo publicado el 4 de octubre de
1927, en “El Liberal” (periódico de edición sevillana).
Título: “Hindenburg”.
Los pueblos con gobiernos democráticos, sean monarquías o
repúblicas, se salvaron del incendio de la guerra y demás consecuencias por no
tomar parte en ella, resistiendo sus gobiernos a todas las presiones exteriores
e interiores. Las víctimas de la guerra fueron los países con gobiernos autocráticos,
no importa en qué bando pelearan sus ejércitos, sucumbiendo bajo el sino de la
Historia, que es enemiga del antiguo, tan bueno y brillante aparezca su
interior. La época de la resurrección de una de las víctimas, Alemania., está
ligada, en el sentido histórico, con el nombre Hindenburg.
El gran republicano alemán mariscal Hindenburg cumple hoy la
edad de ochenta años; este fausto día del venerable presidente de la República
alemana invita a echar una mirada retrospectiva, para esclarecer la importancia
de la digna figura del presidente en la Alemania nueva y republicana.
Alemania, como España, se libertó, con el patriotismo de su
juventud, de la dominación del invasor Napoleón Bonaparte. […]
El pueblo alemán ha elegido sus presidentes, el uno de la
clase más modesta y el otro de la clase aristocrática; el guarnicionero y el
mariscal, los dos han sentido como anhelo supremo la obligación de llevar la
nave del Estado, sin mirar a la izquierda ni a la derecha, por las olas movidas
en estos tiempos a un cauce tranquilo y seguro.
Debe ser un orgullo para una nación poder encontrar en las clases más opuestas de sus hijos á dos hombres iguales en templanza, ecuanimidad y sentido de la responsabilidad, que saben representar la dignidad más alta de la nación, como lo hizo Ebert y lo está haciendo Hindenburg. […]
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