No
sabemos dónde, ni cuándo nació, ni en qué tiempo se ordenó sacerdote, pero con
casi 48 años al frente de la Parroquia de San Juan de Aznalfarache (desde el 1
de agosto de 1889, al 10 de febrero de 1937), el Rvdo. Sr. D. Juan de Dios Peña
Rada, vivió el cambio oficial de nombre de esta localidad, por su segregación
del Ayuntamiento de Tomares, el paso del siglo XIX al XX, con todos sus desarrollos industriales y sociales, y el traslado de templo de nuestra localidad,
desde lo alto del cerro, al Barrio Bajo, donde estaba asentada la población, también
cercano a las primeras calles del Barrio Alto, que por entonces ya también
existían.
Sí
sabemos que la Parroquia de San Juan de Aznalfarache, con el templo del cerro y
la capilla en la zona baja, venía de unos tiempos de inestabilidad, con varios
sacerdotes ecónomos (que, según la definición de la Real Academia Española, es
un sacerdote destinado en una parroquia por el prelado, para que haga las
funciones de párroco, por vacante, enfermedad o ausencia del propietario), que no
se asentaron en el pueblo, entre los años 1880 y 1889:
-1880,
Rvdo. Sr. D. Pablo Antonio Espada: Pbro., cura ecónomo de la Iglesia parroquial
de San Juan Bautista de San Juan de Aznalfarache.
-1881-1883,
Rvdo. Sr. D. José Casa de Mont y Viveli: Pbro., cura ecónomo de la parroquia,
también estuvo con licencia del Rvdo. Sr. D. Andrés López Salas., en la Iglesia
parroquial de San Juan Bautista.
-1883-1884,
Rvdo. Sr. D. Andrés López Salas: Pbro., cura ecónomo.
-1884-1885
(del 26 de noviembre de 1884 al 1 de enero de 1885), Rvdo. Sr. D. Manuel
Serrano y de la Fuente, cura ecónomo.
-1885-1886
(del 14 de febrero de 1885 a 24 de abril de 1886), Rvdo. Sr. D. Antonio Barea y
Gallardo: cura ecónomo, que denomina al templo como Iglesia parroquial de San
Juan Bautista.
-1886-1889
(del 31 de diciembre de 1886, al 1 de agosto de 1889), Rvdo. Sr. D. Francisco
Jiménez. Sin más datos sobre el nombre de este sacerdote; en los libros
matrimoniales sólo se puede ver la firma y no es muy legible.
Y
no sólo hubo cambios espirituales en esos años previos en el templo, pues
también hubo modificaciones en su edificación, ya que, en 1886, con permiso de
la autoridad eclesiástica, se labró la capilla-panteón del Conde de Aguiar,
para que en ella descansaran los restos de don Andrés Parladé y Sánchez de
Quirós, junto con los de su esposa y familiares. Obra realizada por el
arquitecto sevillano don José Gómez Otero, padre del también arquitecto, don
Aurelio Gómez Millán, autor del Recinto Sagrado al Corazón de Jesús.
Tenemos
que suponer que D. Juan de Dios Peña Rada llegó a ser párroco de San Juan de
Aznalfarache, por concurso, ya que, en un sobre con el nombre “Juan de Dios
Peña Rada”, en los Archivos Diocesanos, hay dos pliegos de tamaño A-3, ambos
con el logotipo “Concurso de Sevilla”, que se comprende que son para optar a
plaza de párroco en este arzobispado.
Escritos
a mano, en uno se contemplan casos de pecados y las posibles indulgencias; en
el otro se escribe sobre la Santísima Trinidad, y la confesión y la absolución.
Por desgracia, no hay fecha, ni firma, ni ninguna otra indicación sobre el
contexto de estos textos.
El
que don Juan de Dios Peña Rada no fue ordenado en Sevilla, ni tampoco su origen
es de esta diócesis, como indicaría este concurso, lo ratificaría que su nombre
no consta en los índices de seminaristas entre los años 1848 y 1900. En los
libros de acceso a las órdenes sagradas (diaconado y presbiterado), de la
época, tampoco se encuentra su nombre escrito. Todo esto confirmaría que vino
de fuera de Sevilla.
Como
ejemplos de lugares de procedencia, hemos hallado algunas posibilidades:
-El
arqueólogo, historiador y archivero Juan de Dios de la Rada y Delgado, nació en
Almería en 1827 y tuvo un hijo llamado Enrique de la Rada y Méndez. Es probable
que no fuese el abuelo del sacerdote indicado en este artículo, pero quizá pudo
ser su tío paterno. Como curiosidad sobre esta teoría, indicaremos que, en el
sobre con los pliegos que tienen el logotipo “Concurso de Sevilla”, aparece
también, por encima pero tachado, el nombre “Juan de Dios Rada y Delgado”.
-En
1882, recibe una mención honorífica de Historia Universal, el alumno Nicolás
Rada y Peña, en Granada. ¿Un hermano de don Juan de Dios?
-El
otro nombre propio que aparece en la tumba del cementerio es D. Juan de Dios
Malpica Peña, fallecido el 18 de enero de 1963, con el mensaje de que su esposa
no le olvida. Sabemos que la familia Malpica vendió aves domésticas y sus
huevos en el chalet de la avenida 28 de febrero (actual Comisaría de Policía
Nacional), y también tenemos el dato de que don Juan Malpica colaboró con un
centro de mesa para la tómbola de la Hermandad del Rosario en el año 1929. Esta
familia estuvo asentada en San Juan de Aznalfarache y por la coincidencia del
apellido “Peña” estaban emparentados con el sacerdote.
D. Juan de Dios Peña Rada vive, siendo ya párroco, desde el 1 de
agosto de 1889, la segregación de San Juan de Aznalfarache, que adquiere este
nombre de forma definitiva, del Ayuntamiento de Tomares. Antes, el nombre
oficial era “Tomares y San Juan de Aznalfarache” o sencillamente, la villa de
“San Juan de Alfarache”.
Por aquellos días del mes de julio de
1890, en que se hizo oficial esta segregación, nos consta un primer desafío al
que se tuvo que enfrentar este sacerdote, pues se presentaron en el pueblo de San
Juan de Alfarache (oficialmente, cambió la denominación el día 19), a eso del
mediodía, unos propagandistas protestantes, repartiendo hojas a las mujeres y
niños, pero enteradas estas de lo que se trataba y, después de dar conocimiento
al párroco, que confirmó sus sospechas,
lo que irritó de tal manera a los propagandistas, que sus bocas parecían las
del infierno; la emprendieron los vecinos con los tales agentes protestantes,
que se vieron obligados, con el peso del calor, a abandonar el pueblo, dejando
allí una gran cantidad de mercancía, la que quemaron en mitad de la plaza (se
refiere a la actual Plaza de Andalucía, la única existente por entonces) las
mujeres. La publicación añade que mentira parece que se atrevan, de ese modo y
con tal descaro, a hacer tan impía propaganda, si no contaran con la impunidad
sus autores.
El 5 de julio de 1895, en el diario “El
Noticiero Sevillano”, aparece escrito que ese día habían estado en Sevilla el
cura propio de Lantejuela, D. Francisco González y el párroco de San Juan de
Aznalfarache, D. Juan de la Peña y Rada.
También se encontraba en esta capital el cura propio de la parroquia de las
minas de Riotinto, D. Antonio Delgado.
De
este mismo año y en el mismo periódico, pero con fecha 2 de octubre es la
noticia de que los vecinos del próximo pueblo de San Juan de Aznalfarache se
disponen a celebrar, con el mayor entusiasmo, la festividad de la Virgen del
Rosario. Habrá misa solemne, predicando D. Juan
de Dios Peña y Rada, cura propio del pueblo. Por la tarde saldrá
procesionalmente, acompañada de su piadosa hermandad, la imagen de la Santísima
Virgen, que estrenará este año un artístico y elegante paso.
Pasamos
a una noticia más social del año 1897, con la información de que continuaban
constituyéndose las juntas municipales del censo de población para hacer la
estadística de viviendas. En San Juan de Aznalfarache, la conforman: don Ramón
Villa (presidente), don Manuel Domínguez, don Francisco Flores, don José
Bernárdez, don Francisco Rodríguez, don Francisco García, don Joaquín Domínguez,
don Juan de Dios Peña, don Antonio
Molina, don Bernardino Claver, don Manuel Cano, don Antonio Olmedo y don Pedro
Lissén. Queda claro que el párroco está situado entre lo que antiguamente se
decían que eran las “fuerzas vivas”, autoridades o personas influyentes de la
localidad.
Don Juan
de Dios Peña Rada vivió la evolución de San Juan de Aznalfarache, desde un
asentamiento rural a la etapa más industrializada de nuestra historia local,
dentro del período denominado la Segunda Revolución Industrial, entre
1870 hasta 1914 (I Guerra Mundial), con grandes cambios técnicos e innovaciones.
En esta villa ya existía, la fábrica de loza (1854), los almacenes para el
procesamiento de las aceitunas (1872), una fábrica para el procesamiento del
petróleo (entre 1892 y 1915, aproximadamente), y a estas industrias, se
añadirían la fábrica de abonos y productos químicos Cros (1904), la llegada del
ferrocarril minero desde Cala (1906), la escuela de sericicultura (1907-1928),
la instalación de la electricidad (1909), el laboratorio farmacéutico Olea
(1915), el laboratorio Sanavida, dirigido por don Otto Engelhardt (1922), la llegada de la línea del tranvía
(1924) y la fábrica de ladrillos (1927), entre otros avances industriales,
comunicativos, técnicos y científicos locales.
En febrero de 1901, encontramos la
noticia de que el párroco de San Juan de Aznalfarache, participa de un evento
religiosa en otra localidad: la inauguración de las escuelas parroquiales de La Puebla
del Río. Merced a la generosidad del marqués de Casa Riera, ha podido celebrar
La Puebla una gran fiesta, a la cual se han asociado los vecinos de los pueblos
próximos, contribuyendo a dar mayor animación al acto plausible y consolador de
inaugurar una escuela para la enseñanza gratuita del pueblo, esa gran masa
llamada a desempeñar un papel importante en los destinos de España. En los
pueblos del tránsito, San Juan de Aznalfarache, Gelves y Coria, gran número de
personas esperaban el paso del arzobispo Mons. Spínola. El Sr. Spínola marchó a
la iglesia de Santa María de la Granada, donde oró breves instantes, y después,
revestido de pontifical, pasó a bendecir el local de las escuelas, precedido de
la cruz de la parroquia y asistido por los sacerdotes Sres. Olmo y Peña y el cura del Sagrario de esta
capital.
La
noticia anterior aparece en el periódico “El Liberal” y, en este mismo diario
sevillano, encontramos que, durante los días 28, 29 y 30 del mes de junio, se
celebrará un solemne triduo en honor del Corazón de Jesús, en la villa de San
Juan de Aznalfarache, siendo los oradores el señor don Mariano Guerrero,
presbítero; el señor don Antonio Muñoz y Quirós, presbítero; y el señor don Juan Peña Rada, cura párroco de dicha
iglesia. El domingo 30, a las once de la mañana, tendrá lugar la función
principal, estando el panegírico a cargo del señor don José María Ruiz y Ruiz,
cura ecónomo de la parroquia de San Miguel de Jerez de la Frontera. A las ocho
del mismo día, tendrá lugar la comunión general.
Este
triduo tuvo lugar en junio de 1901 y resulta curioso pensar que aquellas
personas que participaron del mismo, incluido el propio párroco, nunca pudieron
anticiparse, por mucha devoción que sintieran hacia el Corazón de Jesús, a lo
que, cuatro décadas después, construiría el Cardenal Arzobispo de Sevilla Mons.
D. Pedro Segura y Sáenz, al lado del templo en el cerro.
En
1909, la compañía Sevillana de Electricidad instala el alumbrado en la
población de San Juan de Aznalfarache y es de esperar que la mejora realizada
contribuya al desenvolvimiento de aquella población. Al acto inaugural de la
iluminación eléctrica se le concedió, en esta villa, toda la solemnidad,
asistiendo al mismo las autoridades de la localidad.
En la siguiente foto, vemos en primera línea, de izquierda a derecha, a D. Pedro Lissén Fernández; D. Otto Engelhardt (primer director de la empresa sevillana de suministro eléctrico, antes de ser vecino de esta villa); el párroco D. Juan de Dios Peña y Rada; y el alcalde D. Antonio Olmedo y Guerau, en el centro de la primera fila. Otras fuerzas vivas de aquellos tiempos en la localidad y que deben estar presentes en esta foto serían: D. Juan de Dios Sánchez López, secretario del Ayuntamiento; D. Antonio Molina Ortiz, juez municipal; D. Manuel Domínguez Sánchez, fiscal; D. José Caro Laffón, médico; D. Fermín Sánchez Medina, farmacéutico; y los maestros D. Fermín Sánchez Medina, D. Juan Martín Fernández y D. Antonio Aparicio.
En los libros parroquiales, con fecha
31 de marzo de 1920 y escrito por D. Juan
de Dios Peña y Rada, deja constancia de que usa, para la parroquia con
templo aún en el cerro, la denominación de estar dedicada a San Juan Bautista.
Ciertamente, y combinada con el nombre de la localidad, ya tal dedicación
procedía del convento franciscano.
Nuevamente, sabemos por la prensa de este
párroco al participar en un importante acto civil, ya que, según aparece en
prensa, el 2 de marzo de 1924, los vecinos de San Juan salen a las calles a
aplaudir la llegada del primer tranvía. En el mismo, las autoridades de Sevilla
fueron recibidas por las de este pueblo: alcalde, don Manuel Lora Vela; primer
teniente de alcalde, don Pedro Lissén: secretario, don Juan de Dios Sánchez;
teniente de la Guardia Civil, don Juan Cantero Carrero; párroco, don Juan de Dios Peña Rada, etc.
El 27 de septiembre de 1926, con gran
parte de la población sanjuanera reunida en el cine-teatro La Marina, para
escuchar a la periodista, escritora y maestra Dª. Amantina Cobos de Villalobos,
en la velada cultural del Ateneo de Sevilla,
tal y como vemos en la foto, está presente el susodicho párroco, también en
este caso, sentado junto a don Otto Engelhardt, quien ya era vecino de San
Juan.
Copiamos las palabras que dijo la oradora,
sobre el sacerdote, según lo que escribió en su libro “Apuntes históricos: San
Juan de Aznalfarache”:
“El incansable celo del dignísimo y
virtuoso párroco don Juan de Dios Peña
hace que la iglesia tenga un aspecto en extremo agradable y pulquérrimo; es lo
que suele llamarse una tacita de plata, con su atrio enladrillado”.
“Los intereses morales o espirituales
están no menos sabiamente regidos por el virtuosísimo párroco D. Juan de Dios Peña, verdadero ministro
de Jesucristo; su conducta intachable, talento y celo hacia sus feligreses,
sobre los que ejerce una paternal tutela desde hace treinta siete años, le
hacen ser amado y respetado por todas las clases sociales de este pueblo, donde
las buenas costumbres y la religiosidad se conservan, beneficios en gran parte
debidos a tan ejemplar sacerdote”.
Pasamos al año 1927, del cual sabemos que
este sacerdote asistió nuevamente a una ceremonia religiosa de un pueblo
cercano, ya que el domingo 6 de noviembre (curiosamente, no en octubre, porque
nos referimos a la Función Principal a Nuestra Señora del Rosario), a las once
dio comienzo la misa, en la Iglesia parroquial de San Ildefonso, de Mairena del
Aljarafe, estando el templo, por el que tanto ha hecho el virtuoso cura
párroco, tan querido ahí, don Antonio Sánchez, materialmente lleno de fieles. Ofició
la misa el párroco de Gines, don Juan Bautista Gago; ministrado por don Juan de Dios Peña, cura de San Juan de
Aznalfarache, y el de Valencina, don Manuel Carmona.
Y entramos en la época que debió ser muy
complicada para este presbítero, con la construcción del nuevo templo y el
cambio del que está en el cerro, al que se encontrará entre la parte baja
(Barrio Bajo) y alta (Barrio Alto) del pueblo.
En los festejos celebrados en junio de
1928, en San Juan de Aznalfarache, con motivo de la solemnidad del Patrón, se
consignó que uno de los números del programa oficial fuese la colocación de la
primera piedra de la nueva iglesia de la localidad; acto que, según narra el
redactor de esta noticia, resultó brillantísimo y al que asistieron, con las
autoridades y párroco, el cardenal
arzobispo, señor Illundain; los condes de Bustilio y Peñaflor, don Luis Taviel
de Andrade y otras personalidades.
El mes de junio de 1929, también debió
resultar muy intenso para don Juan de Dios, ya que, según lo escrito en los
archivos parroquiales, el día 1, tuvo lugar la visita de Su Eminencia,
el Cardenal Ilundain, para conocer la finalización de las obras de la nueva
iglesia parroquial de San Juan de Aznalfarache. Y el lunes, 24 de junio,
festividad de San Juan Bautista, se celebró la bendición e inauguración del
templo con el nombre titular y patrón de la localidad, ceremonia que presidió
el mismo prelado.
Ya
comenzada la vida de este nuevo templo, en 1930, D. Juan de Dios Rada Peña, como Cura párroco, forma parte de la junta
municipal, constituida con el fin de reunir fondos y allegar recursos con que
adquirirlos, para equipar el nuevo templo parroquial de San Juan Bautista.
En
el documento que establece la existencia de esta junta, una pequeña historia
del porqué del nuevo templo, sus motivaciones, sus objetivos, su composición y
el listado de lo que se quiere conseguir, se menciona a don Juan de Dios como “digno párroco”,
además de ser la persona a la que dirigirse, en el caso de que alguien quiera
donar alguno de los objetos o materiales indicados en el texto.
En las seis informaciones halladas, sobre
presuntos sucesos ocurridos el 12 de mayo de 1931, no se menciona al
párroco de San Juan de Aznalfarache, según los cuales, unas monjas habrían
visitado la edificación del abandonado convento en la atalaya, o que, unos
religiosos, huyendo de Sevilla, se habrían refugiado en el mismo, lo cual
habría provocado una violenta algarada de los vecinos contra el cerrado y
abandonado templo en el cerro, sacando imágenes sacras y objetos de culto, para
quemarlos en una hoguera en las afueras de la iglesia. El alcalde Próspero
Castaño calmaría dicha revuelta, sin necesidad de que intervinieran las fuerzas
públicas. Don Luis Gallo, de la Agrupación Socialista local, escribiría a los
medios de comunicación, defendiendo el prestigio de San Juan de Aznalfarache,
para aclarar la exageración de los hechos relatados anteriormente y que no hubo
asalto ni hoguera, sino que un grupo de vecinos sacaron las imágenes del templo
del cerro, para llevarlas a la iglesia parroquial, en el centro del pueblo, lo
cual afirma que fue la verdad de aquellos hechos.
Un
tiempo después de aquellos hechos, en 1933, el Cardenal Arzobispo Mons. D.
Eustaquio Ilundain y Esteban enviaba un escrito a todas las iglesias de la
Archidiócesis, para que le fueran comunicados al arzobispado los objetos y
utensilios de interés artístico o histórico en cada templo.
En
la respuesta de D. Juan de Dios Peña y Rada,
en el texto con su firma, indica que lo relevante es la pila bautismal del
tiempo de los visigodos (“según algunos”, explicita textualmente); y el
retablo, estilo renacimiento, con sus cinco cuadros atribuidos a Juan del
Castillo, existente en la antigua iglesia parroquial. Los demás objetos (“a su
juicio”), no reúnen condiciones artísticas o históricas, y están consignados en
el inventario de 28 de mayo de 1930.
Y
es que, en general, el ambiente anticlerical con la proclamación en España de
la II República, se había vuelto complicado, por los casos de incendios y
saqueos en los templos. La Capilla del Rosario sería asaltada y profanada el 24
de abril de 1936 y se le indicaría a la, por entonces, Hermana Mayor, Dª.
Rosario Domínguez que, si los querían, retiraran a los santos. Desde cinco años
antes, ya los cultos se venían celebrando en el templo parroquial, con el
traslado secreto y nocturno de la imagen. Toda esta conflictiva situación debió
suponer muchos disgustos y tensiones para el presbítero, que sería ya un hombre
de avanzada edad.
Tal y como consta en el “Libro VII de
Curas”, en el Archivo diocesano del Arzobispado de Sevilla, el 10 de febrero de
1937, D. Juan de Dios Peña y Rada cesó
por renuncia. No nos consta ninguna aclaración sobre este abandono, pero
con la perspectiva de todo lo sucedido en los años anteriores, la vejez y,
quizá, alguna enfermedad que agravara su estado, le llevó a tomar la decisión
de dejar de ser el párroco de San Juan de Aznalfarache.
Quizá, en sus restantes años de vida,
permaneció en esta localidad, porque, la última noticia de la que disponemos es
que se encuentra en el Cementerio de San Juan de Aznalfarache, por aquel
entonces Cementerio Parroquial de San Juan Bautista y, actualmente, propiedad
de la empresa Funestre. En su tumba, se leemos:
“Juan
de Dios Malpica Peña. Fallece el 10 de enero de 1963. Su esposa no le olvida”.
“Juan de Dios Peña Rada. Párroco que fue, durante 50 años, de esta villa.
Fallece el 12 de septiembre de 1946”.
NOTA: Agradecemos a D. Antonio Ruiz
Palacios (médico, investigador local y escritor, entre otros libros, de “Cuando
sopla el viento: Tradiciones, cuentos y leyendas del siglo XX en San Juan de
Aznalfarache”, con varios ejemplares disponibles en la biblioteca municipal), sus aportaciones para poder
confeccionar este artículo.
Fuentes bibliográficas:
-“ABC
de Sevilla”, 25 de abril de 1936. Sevilla.
-“ABC de Sevilla”, 23 de abril de 1961.
Sevilla (efeméride de 25 años antes).
-“La
Actualidad”, 8 de junio de 1909 (año IV, número 150). Barcelona.
-Archivos
diocesanos del Arzobispado de Sevilla.
-Archivos
parroquiales de San Juan Bautista, en San Juan de Aznalfarache.
-“El
Vigía Católico de Ciudadela, con aprobación de la autoridad eclesiástica”,
miércoles, 6 de agosto de 1890 (número 808, año VIII).
-Gaceta de Madrid. Año CCXXIX (229), número
200. Sábado, 19 de julio de 1890. Tomo III, página 193.
-COBOS Y VILLALOBOS, A. (1927): “Apuntes
históricos: San Juan de Aznalfarache”. Sevilla, impresor Manuel Carmona.
-“Diario de la Marina”, 14 de mayo de
1931. Madrid.
-Documento parroquial de 1930, solicitando
ayuda y suscripción de cuotas para el equipamiento del templo parroquial de San
Juan Bautista, en San Juan de Aznalfarache.
-GARCÍA AGÜERO, F. J. (2014): Proyecto Fin
de Grado “Clima y conservación: series temporales de cinco templos del
Aljarafe”. Sevilla, Universidad de Sevilla.
-Índice
de expedientes de seminaristas que lo fueron en el Seminario de San Isidoro de
Sevilla y San Francisco Javier, 1848-1900. Archivos diocesanos del Arzobispado
de Sevilla.
-“El Liberal”, 8 de febrero de 1901.
Sevilla.
-“El
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-“El
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-“El Liberal”, 8 de noviembre de 1927.
Sevilla.
-“El Liberal”, 28 de junio de 1928.
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-“El Liberal”, 13 de mayo de 1931.
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-“El Liberal”, 14 de mayo de 1931.
Sevilla.
-“El Liberal”, 25 de abril de 1936.
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Sevilla.
-“El Liberal”, 29 de abril de 1936.
Sevilla.
-“La Libertad”, 13 de mayo de 1931.
Madrid.
-“El Noticiero Sevillano”, 5 de julio de
1895. Sevilla.
-“El Noticiero Sevillano”, 2 de octubre de
1895. Sevilla.
-“El
Noticiero Sevillano”, 5 de mayo de 1897. Sevilla.
-“El Orzán”, 14 de mayo de 1931. La
Coruña.
-PINEDA NOVO, D. (1980): “Historia de San
Juan de Aznalfarache”. Sevilla, Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache.
-“La Voz”, 13 de mayo de 1931. Madrid.
Web:
https://hermandadrosariosanjuan.blogspot.com/p/historia.html
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