Entre finales de 2019 (con
inicio focalizado en el 25 de noviembre) y principios de 2023 (el 5 de mayo), experimentamos en el
mundo los efectos de una terrible pandemia, una enfermedad muy contagiosa que
se propagó muy rápidamente.
Pero ya siglos atrás se habían propagado otras, como esta que
vamos a tratar, centrándonos en las noticias que se difundieron sobre nuestra
localidad, San Juan de Aznalfarache. En el título indicamos la
palabra “invasión”, porque es lo que
aparece varias veces en los textos de la época, tal vez, porque aún la palabra
“infección” no era conocida.
Hablamos del cólera, una enfermedad infecto-contagiosa aguda o
crónica, provocada por una bacteria, debido a la ingestión de agua o alimentos
con el susodicho elemento. Y en 1890 fue una terrible epidemia en España, la
cuarta que se producía en el siglo.
En la publicación “El Siglo Futuro”, de 7 de octubre e indicando
que se refiere a “noticias
particulares”, se narra que “han ocurrido
dos casos sospechosos en los pueblos de San Juan de Aznalfarache y La Algaba,
inmediatos a Sevilla”.
“El Correo”, al día siguiente, publica una carta en la que se
dice que en Gelves no ha habido, ni hay cólera, aunque sí hay muchos cólicos
por comer verduras en mal estado, ya sea por pobreza o por miserables. Tras
este texto, el diario indica que, precisamente, esos son los síntomas de la
enfermedad y, a continuación aparece lo siguiente: “en San Juan de Aznalfarache, fallecieron el domingo dos
personas de enfermedad sospechosa”. Algo que también aparece
en “La Correspondencia de España” en el mismo día. En otro periódico, “La
Región”, escribieron que nuestro pueblo padeció dos invasiones.
El 9 de octubre, “El Día” aclara que fueron dos niños los que
murieron por enfermedad calificada de sospechosa y que, desde entonces, no hay
novedad. “La Unión Católica”, publicada también el 9, ratifica esa carencia de
nuevas noticias.
Pasamos al día 10, en que “El Guadalete, Periódico Político y
Literario”, tras expresar que “la salud pública en Sevilla continúa siendo
inmejorable”, señala que en Gelves y San Juan de
Aznalfarache también sigue inalterable; no han vuelto a registrarse casos de
enfermedad sospechosa.
Transcribimos a continuación la noticia que aparece en el diario
“El Liberal”, de 14 de octubre: “No resulta cierto, como por error nos
telegrafió nuestro corresponsal de Sevilla, que el alcalde de San Juan de
Aznalfarache abandonara el pueblo cuando se presentaron los primeros casos
sospechosos. Por el contrario, el referido alcalde ha permanecido y continúa
allí con las demás autoridades, lo que consignamos con verdadera satisfacción”.
Y una vez que han pasado los días y la enfermedad parece más
reconocible, “La Correspondencia de España”, el día 15, narra que en San Juan
de Aznalfarache se registran dos “invasiones” (entendemos que se refieren a dos infecciones
o cuerpos infectados), y una defunción. Por el contrario, en este mismo
día, el diario “El Guadalete”, señalaba que no había motivos de alarma ni en
Gelves, ni en San Juan de Aznalfarache, que la salubridad era completa y la
tranquilidad, absoluta, en las poblaciones. Y como se ve que, siempre que ha
habido medios de comunicación, ha habido desinformación y falsedad en las
noticias, esta última publicación nombrada, al día siguiente, exponía: “En
los centros oficiales se decía ayer que habían ocurrido dos casos sospechosos
en Gelves y dos en la
huerta de Anaya, término de San Juan de Aznalfarache, falleciendo en
este último una anciana de 73 años”. Se dice que se
creía que estos casos sospechosos se podían deber a la fiebre intermitente, a
causa de leves precipitaciones y calor intenso posterior.
Continuando con el día 16, el diario católico “La Región”,
señalaba escuetamente que en San Juan de Aznalfarache se han presentado nuevos
casos sospechosos. El mismo día, la publicación “La Rioja” indicaba
directamente que, tanto en Sevilla, como en Gelves, como en “Aznalfarache”, se habían comunicado algunos casos de cólera.
El viernes 17 de octubre, “La Fidelidad Castellana” comunicaba
que habían saltado las alarmas en la ciudad y en las dos poblaciones, por la
reproducción de casos, tras doce días sin “invasiones” (o infecciones).
El 19, nuevamente, “El Guadalete” informa de que los enfermos de
Gelves y de San Juan de Aznalfarache parece que evolucionan favorablemente, sin
que se registren nuevos casos. Y si el día 16 dieron por muerta a aquella
anciana de 73 años, ahora se matiza que no sólo no había fallecido, sino que “se encuentra en
camino de convalecer”.
También el 19, el periódico “La Ilustración” difunde una
terrible noticia, que transmitimos textualmente a continuación:
La suerte tiene crueldades feroces: en
San Juan de Aznalfarache, el pintoresco pueblecito erguido a pocos pasos de
Sevilla, en la margen del manso Guadalquivir, unos padres desdichados han
perdido, en un solo día, a sus cuatro hijos, niños de tiernos años, arrebatados
por lo que ha dado en llamarse enfermedad sospechosa.
Por
mucho que se medite, el entendimiento no llega a abarcar la magnitud de tal
desgracia; esas cuatro infelices criaturas simbolizarían toda una vida de
felicidad. Ellas, con sus gorjeos de pájaro, con sus risas de ángel, llenarían
de dicha una casa, serían el resplandor celeste de un hogar santificado por el
amor, en el que aún no habían germinado sino flores, ni fructificado otra cosa
que alegrías. Pero he aquí que, de pronto, la enfermedad se introduce en aquel
pedazo de gloria, apaga todos sus rayos de sol y se ceba en los tiernos niños,
sin detenerla su inocencia diáfana, ni su atractivo de capullo.
Los
cuatro cadáveres fueron enterrados a la vez, juntos. El dolor de los padres era
inmenso; su desesperación, al hallarse solos, horrible. Se les conocía que
hubieran agradecido el partir con sus hijos para siempre, a fin de no separarse
de ellos. Después, se ha sabido que las infelices criaturas carecieron varios
días de asistencia facultativa. ¡Quién sabe!... La oportuna intervención de un
médico quizás habría conservado en su nido a los cuatro alegres moradores que
lo inundaban de felicidad…
NOTA: indicamos que sólo hemos encontrado esta noticia en este periódico y es la última de esta tanda de noticias sobre el cólera en 1890.
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