En mayo de 1952, tuvo lugar
la celebración de la Asamblea de Órdenes Terceras del Carmen de Andalucía, con
eventos y ceremonias en lugares tan sevillanos como la Catedral o el Santo
Ángel.
En la publicación “Sevilla, Diario de la Tarde”, de 17 de mayo de 1952, se
recoge que, en San Juan de Aznalfarache, el acto de clausura de dicha asamblea,
el domingo 18, a las cinco de la tarde, sería la bendición e inauguración, por
Mons. D. Pedro Segura y Sáenz, la bendición e inauguración del Carmelo
Teresiano situado en el Cerro de los Sagrados Corazones. La ceremonia incluiría la consagración del Carmelo a los
Sagrados Corazones de Jesús y María, con procesión eucarística por el recinto
sagrado, la alocución del cardenal y la bendición con el Santísimo.
Ante la prevista masiva afluencia de devotos carmelitas y peregrinos a
esta manifestación de fe y de piedad en San Juan de Aznalfarache, se establecieron refuerzos de tranvías y autobuses desde de la
capital, a partir de las dos de la tarde (tres horas antes del acontecimiento).
El mismo periódico indicado
anteriormente, publica el lunes 19 cómo se desarrolló este magno acto:
El
domingo, por la tarde, fue bendecido e inaugurado, en el Cerro de los Sagrados
Corazones, un Carmelo Teresiano, anhelo de la Venerable Orden Tercera,
que ha sido realizado merced al celo del venerado prelado. Para la solemne
ceremonia se congregó, en el vasto espacio del grandísimo recinto sagrado, una
verdadera multitud de fieles y devotos carmelitanos de todas partes.
Llegaron autobuses repletos de personas
pertenecientes a la Orden Tercera de Cádiz, San Fernando, Granada, Córdoba,
Málaga, Écija y de las seis provincias carmelitas de España y la de Portugal,
con sus padres directores, luciendo todos el escapulario de la Virgen del
Carmen. Los numerosos autobuses llevaban pancartas indicando la provincia que
se pronunciaba por el Carmelo.
A las cinco de la tarde se empezó el
rosario en la capilla votiva y se organizó la procesión eucarística, portando
el Santísimo el Rvdo. P. Simón de Santa Teresa, superior de Málaga y los
superiores de Valladolid y de Lisboa.
La Capilla Isidoriana, dirigida por el
maestro Urcelay, cantó preciosos motetes, a los que acompañaba la multitud.
Mientras la procesión se acercaba al
lugar, el cardenal Segura, revestido de pontifical, procedió a la bendición del
Carmelo. En la cumbre de la escalinata se ha construido este devoto Carmelo.
Figura en el centro una imagen de la Virgen del Carmen y, a los lados, la
transverberación de Santa Teresa de Bernini, y San Juan de la Cruz, preciosos
altorrelieves en mármol, sobre hornacinas de jaspe, debidos al cincel notable
de Rius. Cuatro faroles de plata, sobre candelabros, lucían sus cirios, y
columnas de alabastro transparente daban luz indirecta. Completaban el
brillante exorno ramos de flores por doquier.
Asistieron a la bendición el general de
Intendencia, don Manuel Sancho Braset, padrino de Santa Teresa y San Juan de la
Cruz; el comandante de Marina, señor Ruiz Bauzá y Ruiz de Apodaca; el delegado
de Hacienda, don Juan González Palomino, y el teniente coronel de Aviación, don
Pedro Álvarez. También estaban el vicario general, doctor Castrillo Aguado; el
secretario de cámara, señor Muñoz de Morales, y varios capitulares, y numerosos
sacerdotes y religiosos, especialmente carmelitas, con sus capas blancas.
Llegó la procesión, precedida de numerosos
banderas y estandartes de la Orden Tercera de España y Portugal y, después de
cantar el “Alleluia” de Victoria, el cardenal Segura dirigió una encendida
alocución, diciendo que “nos encontramos ante una reproducción del Monte
Carmelo, coronado por el monumento al Sagrado Corazón. Faltaba, en este monte
santo el Carmelo, que ahora inauguramos. Este monumento de la piedad
carmelitana corona el monte para gloria de la Virgen”.
El señor cardenal glosó el himno que la
Iglesia dedica a la Virgen, que es “la verdadera Puerta del Cielo y, por eso,
hoy es día de grandes gracias para este monte santo, para la ciudad y la
archidiócesis”.
Después, leyó las dos fórmulas emocionadas
de consagración del Carmelo a los Sagrados Corazones de Jesús y María.
Seguidamente, el señor cardenal, de
pontifical, impartió la bendición eucarística, desde lo alto, mirando a la
ciudad, constituyendo un momento de suma emoción. Después, se entonó la salve,
que cantó la muchedumbre y, finalmente, el himno carmelitano.
El acto fue retransmitido por Radio Nacional de España en Sevilla.
Si quiere conocer las palabras previas sobre la inauguración y bendición de este Carmelo Teresiano en San Juan de Aznalfarache, haga clic aquí.
Si quiere conocer la ceremonia que tuvo lugar con el teresianista más importante del siglo XX, en San Juan de Aznalfarache, haga clic aquí.
Más fotos de este Carmelo Teresiano en San Juan de Aznalfarache:
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