José de Santa María y la pila bautismal de San Juan de Aznalfarache 1630

Dibujo de la parte superior de la pila bautismal, que hizo José de Santa María, en 1630.

¿Qué cosa más venerada en los principios que el agua bendita? ¿Qué cosa en estos tiempos más olvidada?”, reflexión realizada por el Rvdo. P. D. Francisco del Mas, doctor en Derecho, prior de la Cartuja de Aula Dei y covisitador de la Provincia de Cataluña, en la censura del libro “Triunfo del agua bendita”, escrito por fray José de Santa María, en el año 1642.

José de Santa María, natural de Lima (Perú), siendo niño, fue traído a España y, como adulto, fue recibido en el hispalense Monasterio cartujo de Santa María de Las Cuevas, donde profesó el 18 de octubre de 1608. Educado en las buenas costumbres de la época y querido por todos, a los pocos años de entrar en la orden, fue promovido a los oficios de procurador, vicario y, en dos etapas, prior del mencionado monasterio (de 1635 a 1638 y de 1641 a 1643). También fue prior en Cazalla de la Sierra (Sevilla) y El Paular (Madrid), visitador de la provincia cartujana de Castilla, administrador de la casa fundada en Córdoba y comisario de la que hubo en Portugal.

Viajó mucho y le acontecieron numerosos infortunios y contrariedades, pero en ellos no perdió de vista el santo temor de Dios, a cuyo honor dirigió todos sus intentos. Por su prudencia, modestia y mansedumbre, honradez, sentido de la justicia y caridad, compasión con los enfermos, tierno con los afligidos y piadoso en el nombre del Señor, fue modelo perfecto de hijo de San Bruno y uno de los más insignes cartujos en España.

Entre sus máximas estaba la lucha contra la necesidad del prójimo y tenía encomendado a sus subalternos religiosos que no se marchara ningún pobre, tras solicitar ayuda en el monasterio, sin atenderle con una limosna.

A principios de 1626, los monjes de Santa María de las Cuevas tuvieron que huir de su monasterio, por un importante desbordamiento del río Guadalquivir, y se refugiaron en su heredad de Esteban de Arones o Cartujilla, denominada como “granja del monasterio” o “puerto de refugio” cerca de la urbe de Tomares, desde donde contemplaron la ruina de caseríos de la vega.

Desde 1400, la dirección espiritual de la localidad de Tomares, y de su aldea llamada San Juan de Alfarache, estaba a cargo de los terceros franciscanos, con sede en lo alto del cerro más cercano a Sevilla. Quizá este, del año 1626, fue el primer contacto del padre don José de Santa María con la leyenda de los milagros de la Pila Bautismal del Osset Bético o puede que incluso los conociese de antes.

Del año 1630 está datado el documento “Información sobre la posesión y propiedad de la milagrosa pila bautismal en el Osset Bético, territorio hispalense transamniano, San Juan de Alfarache, a Don Fernando Remírez Fariña, del Consejo y Cámara de Su Majestad, Patrono y Mayor pariente de la divisa Solar Real de Nuestra Señora de la Piscina, Fundación del Rey D. Remiro de Navarra”. Este texto es el estudio más amplio y documentado, a pesar de los errores que contiene (evidentemente la información actual no es la que tuvo este investigador), sobre la pila bautismal de la leyenda o los milagros que se sitúan en el por entonces poblado Osset, actual San Juan de Aznalfarache.

Este monje cartujo describió la pila que ha llegado hasta nuestros días, datada en el siglo XV e incluso hace el dibujo de la misma con la forma de cruz que se le otorga en los documentos antiguos. En aquel documento que elaboró, la denominación “San Juan de Alfarache”, como se llamaba por entonces nuestra localidad, aparece 16 veces mencionada, como mínimo.

Es impresionante lo profundamente documentado que, al escribir la obra, está José de Santa María, citando a relevantes autores de su época, como Juan de Pineda (1558-1637, teólogo jesuita), Rodrigo Caro (1573-1647, poeta,​ historiador, abogado y sacerdote), Francisco de Rioja (1583-1659, poeta y erudito), o Alonso de la Serna (1585-1665, abad general de la Congregación de San Benito), y, sin embargo, no mencione en ningún momento a los frailes franciscanos de la Orden Tercera que, en San Juan de Alfarache, tenían a su cargo la pila baptismal. ¿Habría rivalidad entre aquellos cartujos y franciscanos? Y si así era, ¿cómo es que aquel prior cartujo dedicó uno de sus documentos y ensalzó en otros escritos el recuerdo y la vigencia de un objeto vinculado a otra orden religiosa?

Aun haciendo un dibujo sobre esta estructura religiosa de mármol, igualmente desconcertante resulta que, en el extenso estudio que hace sobre la historia de la pila baptismal, argumentando por qué era la del Osset Bético y no otro lugar, además de comparar otros milagros vinculados con el agua y otras fuentes en otros sitios, no indique en qué lugar del templo (dentro o fuera), de las instalaciones conventuales de San Juan de Alfarache se encontraba.

En 1637, el padre José de Santa María ya fue nombrado visitador para la orden en la provincia de Castilla. Y es nombrado nuevamente prior del Monasterio de Santa María de Las Cuevas, de Sevilla, en el año 1641, y visitador y administrador de la nueva casa cartuja en la ciudad de Córdoba, adonde pasaron sus compañeros de Cazalla, aunque con mayor autoridad para la supervisión de lo aconteciese por parte del prior de Jerez.

Con fama de santo y muy probado en la enfermedad que padecía (no hemos encontrado indicación sobre la misma), murió en Las Cuevas de Sevilla el 8 de agosto de 1648, a los 59 años de edad, 35 de ellos ejercidos como religioso. Por los frutos espirituales de su vida, le fue aplicado el beneficio de pleno monacado, misa de Beata María y aniversario perpetuo por totum ordinem.

Quien también fue prior y vicario cartujano de Sevilla, don Juan de Mora, entre los años 1800 y 1803, aproximadamente, según relató Antonio María de Espinosa y Cárcel, comenzó la elaboración de una colección de cuadros, que representaban a los ilustres hijos del Monasterio de Santa María de las Cuevas, entre ellos, don José de Santa María. En 1850, este cuadro se podía encontrar como parte de la colección del Museo Provincial de Sevilla (actualmente, Museo de Bellas Artes de la ciudad hispalense).

Si quiere saber más sobre Osset, haga clic aquí.

Si quiere saber más sobre la historia de esta pila bautismal, haga clic aquí.

Bibliografía:

-CUARTERO Y HUERTA, B. (1950): “Historia de la Cartuja de Santa María de Las Cuevas de Sevilla, y de su filial de Cazalla de la Sierra” (tomos I y II). Madrid, impresor Francisco Morán.

-DE SANTA MARÍA, J. (1630): “Información sobre la posesión y propiedad de la milagrosa pila bautismal en el Osset Bético, territorio hispalense transamniano, San Juan de Alfarache, a Don Fernando Remírez Fariña, del Consejo y Cámara de Su Majestad, Patrono y Mayor pariente de la divisa Solar Real de Nuestra Señora de la Piscina, Fundación del Rey D. Remiro de Navarra”. Sevilla, impresor Francisco de Lyra.

-DE SANTA MARÍA, JOSÉ (1637): “Sacros ritos y ceremonias baptismales. A Don Fernando Remírez Fariña, del Consejo y Cámara de Su Magestad y de la Suprema Inquisición, Patrón Mayor, y Pariente de la Divisa, Solar Real de Nuestra Señora de la Piscina.

-MUSEO PROVINCIAL DE SEVILLA (1850): “Catálogo de los cuadros y estatuas, que existen en la actualidad, en el Museo Provincial de Sevilla”. Sevilla, imprenta de D. Francisco Álvarez (pág. 24). 

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