Continuando con la historia de Osset, la primitiva urbe que hubo en el término municipal de San Juan de Aznalfarache, en este apartado nos centramos en las posibles personalidades que habitaron aquí, a partir de lo que se entiende por ciertos restos arqueológicos hallados.
Por los legajos de Antonio Delgado y Hernández (Sevilla, 1805 – Bollullos Par del Condado, 1879), historiador, académico, numismático y político español, además de académico de la Real Academia de la Historia y alcalde de Bollullos Par del Condado, se comenzó a conocer una inscripción que se encontró en el término municipal de San Juan de Aznalfarache, aunque no se sabe bien, si el hallazgo tuvo lugar en el siglo XVI o en el siglo XVIII. Este problema está en que, por un lado, se indica que la primera vez que se vio fue en una visita a la hacienda Valparaíso para cenar, con el Emperador Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico (siglo XVI), mientras que los años que se indican en que se vieron estos restos fueron 1754 y 1759 (siglo XVIII). Tampoco se ha podido constatar en qué período vivió el protagonista de estos hallazgos: José de Araujo y Delgado, del que se indica que fue canónigo lectoral de la Catedral de Sevilla.
Esta inscripción en mármol blanco, con forma de losa, sería la base de una estatua dedicada a un hombre que fue importante para la población de Osset, con el siguiente texto:
L·CAESIO·L·F·POLLIO·NI
AED·IT·VIR·CENSV·ET
DVOMVIRATV·BENE
E·T·E·R·P·ACTO·MVNICP
Su historia sería la siguiente (incluidas las imprecisiones):
Este objeto lo
encontró un canónigo lectoral de la Catedral de Sevilla, José de Araujo y
Delgado, en 1754, en una huerta, en medio de ocho pilares, entre las haciendas
de Valparaíso y Simón Verde, cuando vino a cenar a la primera de estas, con el
Emperador Carlos (del siglo XVI, insistimos). Más adelante vio también una
cabeza, también de mármol de blanco, que pensó que sería la estatua, junto al
manantial de la hacienda.
Según el relato, el
mismo clérigo lectoral José de Araujo volvió a la hacienda de Valparaíso, en
1759, y la halló en la obra de una casa que se había hecho en aquella huerta,
llevándosela a su residencia en el sevillano colegio – universidad de Santa
María de Jesús (institución existente entre los siglos XVI y XVIII, en la cual
el filólogo numismático y jurista español Pérez Bayer habría visto este bloque
epigráfico, en 1782). A su muerte, dejó en su testamento, que fuese destinada
al Alcázar de Sevilla.
Según dejó escrito en sus legajos Antonio Delgado y Hernández,
el texto original fue copiado en 1816.
Aunque este elemento, que formaría parte de un monumento
estatuario, se considera que pudo provenir de Osset, también se puede
establecer la duda de que estuviera vinculado al propio asentamiento de
Valparaíso, del cual hay registros de habitantes desde los tiempos romanos. Es
lógico pensar, conociendo unos y otros terrenos, que Valparaíso tuvo que ser la
rica huerta de Osset, por su fértil tierra, tan cercana al río.
Por el tipo de letra, la inscripción se data como de la primera mitad del siglo I después de Cristo y el texto estaría asociado a un homenaje de agradecimiento a L. Caesius Pollio, por el puesto o puestos desempeñados, de forma local (municipal), para la comunidad.
C· ANNIUS· C· F
GAL·C·ANDIDUS
FL·AMEN·DIVO·RUM
ET·AUG· PROVINC·BAETIC
También vinculado a Osset estaría la inscripción hallada en Tomares, en un pedestal (fracturado) que se usaba como contrapeso de la prensa de una finca de esta villa. Lo escrito se entiende como un homenaje a C. Annius, designado como “pontífice perpetuo”, que eran quienes ejercían importantes puestos dedicados al culto imperial. Este elemento habría sido realizado a finales del siglo II después de Cristo o principios del siglo III.
Un tercer elemento, también encontrado en Tomares,
concretamente, en una escombrera de la hacienda Santa Eufemia, lo que hace
pensar que formó parte, como elemento decorativo, de una construcción moderna.
Fechada como de inicios del siglo II,
también se la vincula con Osset, como urbe destacada más cercana y esta
inscripción está en un pedestal de mármol blanco, que se concibe como referida
a Publius Mummius Sisenna Rutilianus,
que desempeñó importantes cargos en el ámbito de la justicia, militar y
religioso.
La familia Mummi Sisennae tuvo arraigo en la Bética occidental, pues también se la relaciona con Cádiz y el padre de Publius llegó a ser cónsul. Pero no se sabe concretar a ciencia cierta si es que esta familia tuvo sus orígenes en Osset, o habitaban en la zona, o eran propietarios de terrenos cercanos a esta urbe, en el término de Tomares.
Si quiere conocer las referencias principales sobre Osset, haga clic aquí.
Bibliografía:
DELGADO
DELGADO, J. A. (1998): “Élites y organización de la religión en las provincias
romanas de la Bética y las Mauritanias: sacerdotes y sacerdocios”. Oxford.
DELGADO
DELGADO, J. A. (2001): “Los fasti sacerdotum de las ciudades de la Bética”, en
Habis 32 (págs.. 297-332).
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Y HERNÁNDEZ, A. (1805-1879): “Epigrafía: copia de inscripciones antiguas de
España. Legajo 2 de la colección de Antonio Delgado”.
HUBNER,
A. ACADEMIAE LITTERARVM REGIAE BORVSSICAE (1879): “Inscriptiones Hispaniae
Latinae”. Academiae Literarum Regia Borvssicae.
PÉREZ AGUILAR, L. G. (2017): “El entorno de Tomares en época romana. Una aproximación al contexto histórico-arqueológico”, en “El tesoro del Zaudín: contextualización arqueológica del conjunto numismático tardoantiguo de Tomares, Sevilla”, en “Arqueología, monografías”. Sevilla, Coria Gráfica. (págs. 85 a 130).
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