¿Escribió San Ildefonso sobre San Juan de Aznalfarache u Osset?

Mosaico realizado por Río Sutil, en 1995, que se puede encontrar en la Iglesia parroquial de San Juan Bautista, en San Juan de Aznalfarache. 

Jaime Villanueva Astengo (historiador español, nacido en Játiva, 1765, y fallecido en Londres, en 1824), con las recopilaciones que iba haciendo de sus cartas, su hermano mayor Joaquín Lorenzo (clérigo, historiador y escritor liberal, nacido en Játiva, 1757, y fallecido en Dublín, en 1837), son autores de la obra el “Viaje literario a las iglesias de España”, una compilación de los ritos litúrgicos nacionales, desde las más remota antigüedad; su contenido se amplió para copiar todo cuanto documento valioso para la historia eclesiástica de la nación y la historia, en general del país, pudiese ofrecer el itinerario de Jaime por los archivos de los templos y monasterios españoles.

En su tomo tercero, aunque partiendo de una confusión entre la aldea de Osset, en Andilla (Valencia), pasa en pocas líneas a hablar de la urbe del Osset bético, junto a Sevilla, para detallar lo conocido del famoso milagro de la pila bautismal que describe Gregorio Turonense y, por el que, cerradas y selladas en el Jueves Santo las pilas del bautismo, y tomadas las posibles precauciones para evitar toda especie de fraude, llegada la hora del bautismo en el Sábado Santo se encontraban llenas de agua.

Recordemos el texto en la obra “España Sagrada” (tomo IX), de Henrique Flórez, en 1752 y 1757, del cual transcribimos unas cuantas líneas a continuación

Por lo que mira á la línea Eclesiástica, tuvo Osset la singularidad del milagro que, cada año, obraba el Cielo allí por la Pascua, llenándose en su víspera la Pila bautismal de agua, estando antes vacía. El suceso se autenticaba en esta forma: Había una Pila de mármol, dispuesta con su figura en modo de Cruz; y concurriendo el pueblo con el Obispo á aquel lugar (en que estaba edificada una suntuosa Capilla con reliquias del Mártir San Esteban), oraban juntos en el día del Jueves Santo, en que la Pila se hallaba sin agua. Luego cerraban y sellaban la puerta de la Capilla hasta el Sábado, en que volvían á reconocer el sello de la puerta y, abriéndola, encontraban la fuente, no sólo llena de agua, sino rebosando, con el nuevo prodigio de que, estando el agua más alta que el brocal, no sólo no se derramaba, sino que tampoco se disminuía, no obstante que después de haberla bendecido, sacaban los Fieles mucha agua para llevarla á sus casas, y aun para asegurar los frutos de los campos, como lo conseguían, aspergeando con ella las viñas y heredades.

Manteníase el agua en aquel colmo, hasta que la tocaba el primero que se bautizaba y, entonces, se veía el nuevo prodigio de que se quedaba en constitución regular y, en acabando de bautizarse todos los que concurrían á este fin, se desaparecía el agua, fin saberse su término, así como se ignoraba el principio.

[…]

Un Godo Arriano que, con desprecio de la maravilla, metió allí sus caballos, haciendo establo á la sagrada Capilla. Pero á la medianoche, se sintió tan á las puertas de la muerte, que dió voces para que sacasen los caballos y, aun sacados se mordía á sí mismo, maltratándose tanto, que murió oprimido del enemigo.

Otra prueba fue que el Rey Arriano, nombrado por el Turonense, Theodegildo, creyó ser ficción de los Catholicos el milagro. Y para asegurarse, añadió al sello del Obispo el suyo y, poniendo, además de esto, guardas à la Capilla, para ver fi alguno intentaba el fraude. Y como sin descubrir industria humana, se observase el prodigio en aquel año, y en el siguiente, en que repitió la caución, añadió, al tercer año, la nueva diligencia de mandar abrir un foso profundo alrededor de la Capilla, por si había algún oculto acueducto por donde el agua se encaminase à la fuente. Mas no sólo no se halló vestigio de tal cosa, sino que murió el Rey antes de la Pascua, no mereciendo su incredulidad ver aquel día.

En “El viaje literario a las iglesias de España” se extrañan los autores sobre el silencio de los españoles de la época, que no dejaron escritos sobre este milagro doméstico, que debió ser público en toda España, para dar más gloria a la nación por este prodigio. Además, entra en una reflexión por la cual, aunque sin dar nombre propio alguno, ni localización, el escritor cercano a aquella época (además de Gregorio de Tours, historiador francés que vivió en el siglo VI), que sí habría dejado testimonio sobre ello, sería San Ildefonso (nacido en el año 607 y fallecido en el 667), en su obra “De Cognitione Baptismi”, concretamente, en sus capítulos 105 y 106, de la cual ofrecemos algunos extractos a continuación, traducidos del latín en que se escribió el texto original:

Tiene semejanza con el poder de profecía, porque el jueves anuncia el olor de la Pascua, que presenta en una visión tres días después, en el sábado pascual. Tiene un período de certeza, porque el testimonio de la resurrección del domingo no varía en nada del error. Tiene estatus de verdad porque el individuo observa el acontecimiento con la fiesta de Pascua”. El milagro comenzaba con la pila bautismal vacía el Jueves Santo y que se encontraba llena para la Vigilia Pascual, a los tres días.

Tiene humedad fluyendo en lo seco, porque entre la sequedad de las rocas hay un desbordamiento de agua sin deslizamiento alguno”. Esta sería una alusión a la sequedad del cerro, aislado de los demás y a una altura considerable de las corrientes fluviales subterráneas y ribereñas, es decir, la cercanía del río Betis (Guadalquivir), distanciadas por la profundidad.

Tiene la abdicación de la impiedad, porque nadie le ataca, excepto aquel que ha abjurado del diablo, de los ángeles y de todas sus obras”. Esta creemos que sería la alusión al godo arriano y al rey Theodegildo.

He aquí, vemos el lugar del manantial construido con piedras secas, y cubierto con costras secas de mármol, que con el esfuerzo del constructor unió las tablas con yeso, y con cal, cera y polvo de mármol, y lo solidificó, de modo que no estaba abierto a ningún acceso o accesible por aire, por ningún la derivación de cualquier humor recibido”. Este trozo aludiría a aquella pila bautismal, baptisterio, fuente o piscina, el lugar donde se producía el milagro, en lo alto de la rocosa atalaya.

No hay acceso al arroyo, no hay lluvia clara, ni el más mínimo rocío, no llega niebla humectante; los techos de los tejados están intactos, las puertas fueron encontradas cerradas, los sellos fueron encontrados sanos y salvos, ningún incrédulo vino a burlarse de la fe, ningún creyente entró para proveer para la fe, no vino nadie que sólo fingiera o impidiera un milagro”. Estas frases indicarían lo que veían los testigos de aquellos prodigiosos hechos. Ciertamente había un arroyo que, procedente de Tomares, pasando entre los cerros, llegaba hasta el río Betis (Guadalquivir).

Por tanto, hay que prestar atención a ese autor inefable, y a sus obras admirables. Y así la virtud de su trabajo puede conocerse a partir de los resultados de su operación”. Aquí San Ildefonso expresa claramente que la descripción de estos hechos se basa en otro escritor, cuyo relato debe ser respetado.

A pesar de que estos escritos del santo parecen que todo ello lo viviera en primera persona, las investigaciones más rigurosas desmienten que Ildefonso de Toledo hubiera estado en Sevilla.

Volviendo al texto de los hermanos Villanueva Astengo, hay que reconocer que los mencionados capítulos del escrito “El conocimiento del bautismo” del Arzobispo toledano, tienen mucha similitud con el milagro o leyenda que ocurría en Osset. Como mencionan los propios autores: Si calló el lugar del milagro y otras puntualidades con que pudiera certificarnos más del hecho, lo hizo porque hablaba como orador, con cierta rapidez, que pasa sin tocar ni detenerse sino en lo que le importa para el fin que se propuso; decir que San Ildefonso habló aquí como historiador, lo tengo como una equivocación manifiesta. La lectura sola del lugar citado basta para hacer ver que su objetivo era ponderar la bondad y el poder de Dios en este milagro, y que en esto emplea toda su elocuencia, omitiendo las circunstancias históricas como sabidas en su tiempo.

En “El viaje literario a las iglesias de España” también se indica otra obra relacionada con estos hechos: “La España Goda” (1792), de Juan Francisco de Masdeu (religioso jesuita, historiador y estudioso de la literatura española, nacido en Palermo, en 1744, y fallecido en Valencia, en 1817), que pone en duda todos los escritos sobre el milagro de esta pila bautismal que, según sus recopilaciones, debió de producirse durante 50 años y ningún autor es siquiera capaz de concretar dónde se produjo con certeza. Y por supuesto, el italiano reniega de la autoría del relato del propio San Ildefonso quien, probablemente, sólo recogió los escritos de San Gregorio de Tours y le hace perder credibilidad, al no difundir ningún nombre propio o del lugar que lo concrete.

Este jesuita también discute uno de los efectos que, sobre la liturgia de la Iglesia, pudo tener el milagro de la pila bautismal de Osset, pues como sí afirmó Diego de Saavedra (escritor, poeta, jurista y diplomático, nacido en Algezares, Murcia, en 1584, y fallecido en Madrid, 1648), en su obra “Corona gótica” que, habiendo diferencias entre los españoles y los franceses sobre la celebración de la Pascua, celebrándola aquellos en 21 de marzo y estos, en 18 de abril, al manar las fuentes de Oset en el día indicado por los españoles, ambas naciones comenzaron así a hacerlo en ese mismo día, según consta en las tablas de Dionisio Abad, que son las mismas que las de Juan Lucido.

¿Escribió San Ildefonso de Toledo sobre San Juan de Aznalfarache (Osset)? Quizá algún día se descubra algún documento que lo aclare.

Bibliografía:

SAN ILDEFONSO DE TOLEDO (siglo VII): “De Cognitione Baptismi”.

DE MASDEU, J. F. (1792): “Historia crítica de España y de la Cultura española” (tomo XI, libro III: España Goda). Madrid, Imprenta de Sancha.

DE SAAVEDRA FAJARDO, D. (1789): “Corona gótica” (tomo I). Madrid, oficina de Benito Cano.

FLÓREZ, E. (1752): “España Sagrada. Teatro geográfico-histórico de la Iglesia de España” (tomo IX, de la Provincia Antigua de la Bética en común, y de la Santa Iglesia de Sevilla en particular). Madrid.

VILLANUEVA ASTENGO, J. y VILLANUEVA ASTENGO, J. L. (1804): “Viage literario á las iglesias de España” (tomo III). Madrid, Imprenta Real (págs. 142 a 146).

Otras fuentes, sobre el origen de la advocación mariana de Nuestra Señora de Paz:

hermandaddelapaz.com/articulos/historia-de-la-devocion-a-la-santisima-virgen-de-la-paz/

es.catholic.net/op/articulos/64246/cat/644/nuestra-senora-de-la-paz-toledo.html#modal 

MODIFICACIONES: en marzo de 2025, se cambia este texto, pues frente a la afirmación de ciertos historiadores de que San Ildefonso no citó a San Isidoro de Sevilla, hay otros que señalan que es su segunda fuente más importante para "De conigtione baptismi". El 16 de mayo de 2025 se eliminan los párrafos que vinculan a San Ildefonso con Mairena y San Juan de Aznalfarache, con Nuestra Señora de la Paz por el descubrimiento que estos santos patronos son nombrados como tales en tiempos de la Reconquista.

Otto Engelhardt y el espíritu golpeador desde San Juan de Aznalfarache 1927

Continuamos hablando en este blog, sobre la historia de San Juan de Aznalfarache, del pacifista republicano, ingeniero y diplomático Otto Engelhardt, que vivió en nuestro pueblo, en Villa Chaboya, entre los años 1915 y 1936, hasta que fue detenido y ejecutado. Varias decenas de artículos escribió para ser publicados por periódicos, en las fechas en las que vivió en nuestra localidad.

A continuación, exponemos la reflexión más interesante dentro del artículo publicado el 3 de febrero de 1927, en “El Liberal” (periódico de edición sevillana).

Título: “El espíritu golpeador de Dibbesdorf”.

Dentro de unas presuntas manifestaciones paranormales ocurridas en ese pueblecito alemán, que tuvieron mucha repercusión mediática en la época, don Otto Engelhardt escribe una reflexión que, casi un siglo después, sigue siendo muy necesaria tener en cuenta en esta sociedad de mentiras, bulos y manipulaciones para tratar de ganar seguidores, especialmente, en las redes sociales:

Hoy sabe ya la ciencia el papel importante que tiene la “sugestión” no solamente en las sesiones espiritistas, sino en todas las manifestaciones de la vida pública. Por la sugestión se pueden hacer las guerras, las revoluciones y guiar todos los movimientos de las masas. La “sugestión” es una ciencia moderna; los sugestionadores de la vida pública saben, aunque sea sólo intuitivamente, en la mayoría de los casos, aplicarla; ahora falta todavía que las masas aprendan a defenderse contra la sugestión. Si lo aprendiesen, aquellos serían unos tipos, como Napoleón y otros que han matado media humanidad, imposibles.

Resulta estremecedor cómo este texto antecede a lo ocurrido con la Alemania nazi e incluso a los tiempos presentes, en los que, a través de los bulos y contrabulos, se pretende controlar la opinión de la sociedad e influir en ella para favorecer intereses particulares.

Resumen de la historia del Convento de San Juan Bautista de Alfarache 1400-1835

Dibujo y dos fotografías de las instalaciones conventuales, después de que dejaran de serlo.

Compendio de la historia del Convento de San Juan Bautista de Alfarache, entre 1400 y 1835, realizado por el DCXXV (625) aniversario del envío de los franciscanos a esta localidad.

Siglo XV.

16 de enero de 1400, fecha del escrito del Arzobispo hispalense, Mons. D. Gonzalo de Mena, por el cual concede, a un grupo de eremitas franciscanos de la Orden Tercera, la dirección espiritual de las tierras de la ya existente Parroquia de San Juan de Alfarache y que comprende esta aldea, el municipio de Tomares y la calle Real de Castilleja de la Cuesta y sus anexos. Incluye también una ermita en San Juan de Morañina (actualmente, término municipal de Bollullos Par del Condado).

En Viernes 16 días del mes de enero de 1400 años. In Dei nomine Amen. Nos Don Gonzalo de Mena, por la Gracia de Dios, Arzobispo de la Santa Iglesia de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Sevilla… damos a vuestra Orden la Iglesia Parroquial de San Juan de Alfarache, perpetuamente con todos sus términos, limitaciones, distritos, y qualquiera pertenencia que le son debidas de derecho, para que mas largamente podáis servir a Dios; y porque así sea, y por vos hacer limosna, y especial gracia, os damos ahora y para siempre perpetuamente un Beneficio perpetuo servidero”.

Los franciscanos construyeron en estos terrenos, dentro de la muralla, su nueva residencia, levantando un espacioso edificio de suntuosas dependencias. En las primeras décadas de este siglo sería la Casa Grande o matriz de la Orden Tercera Franciscana de la Bética, por el mero de ser la primera en la región.

En 1409, obtienen del Arzobispado el Curato de la localidad, por traslado o fallecimiento del anterior sacerdote presente en la parroquia. Todo ello sería confirmado por Papa Benedicto XIII.

Entre los años 1473 y 1483, encontramos el primer benefactor del convento: fray Diego García de Quijada, fraile de buena familia, que residió en el convento y llegó a ser obispo de Guadix. Sus donaciones estuvieron dedicadas a la reparación de las ya desgastadas instalaciones conventuales sobre el cerro.

En 1483, junto a otros conventos del por entonces Reino de Sevilla, pasan a depender de la Custodia de Canarias.

Finales del siglo XV: datos de ser uno de los conventos más pobres de Andalucía. Entre los años 1491 y 1503, se estima que estos frailes son “adeptos a la pobreza voluntaria”. A lo largo de la historia del convento, se demuestra las múltiples dificultades y vicisitudes por las que pasaron quienes lo habitaron. Ya a finales de aquel primer siglo de estancia, así se manifiesta.

 

Siglo XVI.

En 1529, algunos religiosos del convento de San Juan de Alfarache pasaron a fundar en Sevilla, en el antiguo monasterio de dominicas, pasando a denominarse Nuestra Señora del Valle.

Entre los años 1569 y 1583, Mateo Alemán, autor sevillano de la novela picaresca “Guzmán de Alfarache”, conoció este convento.

En 1575, Fray Marcos de la Parra, cura de San Juan de Alfarache y de Tomares alegará su no asistencia a un sínodo sevillano por "ser solo, y estar indispuesto".

 

Siglo XVII.

Entre los años 1609 y 1625 y con reivindicación en el año 1658, la lejanía de la urbe de Castilleja de la Cuesta y las preferencias del propietario, el Conde-Duque de Olivares, y de sus habitantes, haría que los frailes terceros de Alfarache perdieran la dirección espiritual de aquel lugar.

En el año 1611, ya existe la ermita en la urbe de Alfarache (actual Capilla del Rosario o algún precedente cercano), para evitar a los habitantes subir al cerro.

De 1634 a 1639, se procedía a la construcción del Retablo de los Santos Juanes, para la iglesia de San Juan de la Palma de Sevilla, acabando en el siglo siguiente en San Juan de Alfarache.

El año de 1621 debió ser una época convulsa para el convento, pues podemos encontrar el nombramiento de hasta cinco ministros sucesivamente, como gobernantes del mismo. Coincide con un tiempo también muy revuelto para la orden religiosa.

En 1633, existe una crítica de un clérigo sevillano, citando expresamente al convento de Alfarache, porque “donde es cura un religioso del Orden de San Francisco, desde hace más de 200 años”.

En 1675, reclamación de diezmos, por parte el Conde-Duque de Olivares, hacia los frailes.

Entre 1679 y 1711, la familia Legorburu (apellido que significa “la parte alta del sequeral”, un panorama que incluso hoy se puede ver entre Sevilla y la localidad de este convento), y sus importantísimas aportaciones a la comunidad conventual, que aún están presentes en la cúpula del templo. Los hechos que pudieron ocurrir en años posteriores (compra del Retablo de los Santos Juanes, gestión de la Casa de los Mareantes, el nuevo templo de Tomares), muy probablemente, dependieron de aquel mecenazgo.

En 1689, el Convento de San Juan Bautista se une a la Observancia, junto con los conventos de San Juan de Morañina y Caños Santos (Olvera, Cádiz).

 

Siglo XVIII.

En 1706, se encuentra datado el primer cadáver que ocupa el cementerio local, junto al convento: el cuerpo de un misionero jesuita ahogado en el río.

Entre los años 1721 y 1746, forma parte de la congregación, en el convento, fray Miguel de San Juan Baptista, uno de los frailes más ilustrados que han residido en el mismo.

En 1710, llega el retablo de los Santos Juanes desde la iglesia de San Juan de la Palma.

De 1710 a 1769, los terciarios de San Juan se hacen cargo de la Casa de las Columnas (antigua Cofradía y Hospital de Mareantes de Sevilla), como edificio para el culto religioso en su iglesia y hospedería en el resto de instalaciones.

En 1711, vecinos del pueblo denuncian a los franciscanos terceros por el robo de alhajas de la capilla (no se aclara si de la del Rosario o de Valparaíso).

En 1730, se doran el retablo de San José y el de San Antonio, que llegan hasta nuestros días.

Entre 1743 y 1760, dos frailes provenientes de Convento de Caños Santos, de Olvera, sucesivamente, toman el mando del Convento de Alfarache. El segundo de ellos llegó a ser Teólogo de Cámara del Nuncio español.

De los años 1744 a 1751, encontramos los registros más extraños que, a nuestro criterio, se pueden encontrar en los archivos parroquiales. Algunos frailes cambian la parroquia de nombre; hasta el presente, no hemos encontrado la explicación.

En la segunda mitad del siglo XVIII, los frailes censados en el convento son pocos: 37; lejos de los 94 en Sevilla o los 59 en Caños Santos.

En 1752, los frailes piden al Rey estar exentos del diezmo del aceite, ya que sus olivos son pocos, sólo los que se encuentran dentro del recinto amurallado.

En los años 1772, 1793 y 1804, se realizan agradecimientos de los alcaldes de Tomares y de la aldea de Alfarache a los franciscanos por su cuidado de los respectivos templos tras arreglos y obras realizadas.

Desde 1790 a 1835, el Rvdo. Sr. D. Manuel María del Mármol, el último gran benefactor del convento, de familia acaudalada, habita por largas estancias en el mismo y aporta de sus emolumentos para mejoras en el mismo, además de transmitir su creatividad y sus conocimientos a la comunidad.

En 1797, nuevamente, hay constancia de la Capilla en la urbe del pueblo, a cargo de un religioso de la Orden Tercera.

 

Siglo XIX.

En 1814, entre mayo y septiembre, un grupo de presuntos religiosos diocesanos, aprovechando una orden real a favor de los regulares, se hace con el convento, expulsando a los terceros. Cuando estos vuelven, encuentran en falta muchos enseres.

En 1822, tras una nueva exclaustración, los frailes de los conventos de Sevilla y de Lebrija pasan a formar parte de la comunidad de Alfarache.

En 1835, con la desamortización, las órdenes religiosas pierden sus propiedades y el templo del cerro pasa a ser de nuevo Iglesia parroquial exclusivamente.

Entre 1835 y 1862, las leyes españolas impiden a los frailes seguir ejerciendo sus labores espirituales. Desaparece la congregación en el cerro, pero algunos de aquellos religiosos, tal y como les permite la ley, pasan a ser clérigos de la localidad. Los religiosos exclaustrados permanecen como eclesiásticos del templo parroquial, vistiendo el hábito clerical.

 

Conclusiones:

-Nunca fue fácil vivir en la cima de ese cerro, en esa atalaya: la falta de agua, el aislamiento, la escasez de recursos…

-Inicialmente, con la pobreza citada a finales del siglo XV, fuese más o menos autoimpuesta por el voto de pobreza, no hay diezmos, pero luego se convertirá en un gran problema por la exigencia de los mismos.

-La comunidad conventual subsistió gracias al apoyo de mecenas como fray García de Quijada, Antonio de Legorburu y Manuel María del Mármol, a los que se sumaron donaciones y otras herencias a su favor, gracias a la encomienda de misas a perpetuidad por los difuntos.

Parte de la bibliografía consultada:

ALEMÁN, M. (1599): “Primera parte de la vida del pícaro Guzmán de Alfarache”. Barcelona, imprenta de Gabriel Graells y Giraldo Dotil.

ÁLVAREZ MIRANDA, V. (1849): “Glorias de Sevilla, en armas, letras, ciencias, artes, tradiciones, monumentos, edificios, caracteres, costumbres, estilos, fiestas y espectáculos”. Sevilla, editor Carlos Santigosa.

ANÓNIMO (1752): “El convento y religiosos de San Juan de Alfarache, que es de los Terceros Descalzos de Nuestro Padre San Francisco, extramuros de Sevilla, a los Reales Pies de Vuestra Majestad… por enero de 1400 nos colocó en esta altura…”. En los fondos antiguos de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla.

BALAGUER, V. (1851, 3ª edición): “Los frailes y sus conventos: su historia, su descripción, sus tradiciones, sus costumbres, su importancia” (tomo II). Barcelona, Editores Hermanos Llorens (páginas 201-209).

BELMONTE FERNÁNDEZ, D. (2016): Tesis “Organizar, administrar, recordar: El Libro Blanco y Libro de Dotaciones de la Catedral de Sevilla”. Universidad de Sevilla, Sevilla.

BERMEJO Y CARBALLO, J. (1882): “Glorias religiosas de Sevilla, o noticia histórico-descriptiva de todas las cofradías de penitencia, sangre y luz, fundadas en esta ciudad”. Sevilla, Imprenta y librería del Salvador.

DE ALATRI, M. (1980): “El movimiento franciscano de la penitencia en la Sociedad medieval”, artículo del III Congreso de Estudios Franciscanos (Padova, 25 a 27 de septiembre de 1979). Roma, Instituto Histórico de los Capuchinos.

DE GAMA, J. y DE JESÚS, Y. (1614): “Compendio en el cual se contiene la erección de la Provincia nueva de Andalucía y Reino de Granada del Tercer Orden de Penitencia de nuestro Padre San Francisco, nombrada por tal en el Capítulo General que se celebró en el Convento de San Juan de los Reyes, en la Ciudad de Toledo, en 1606. Y confirmada por el Santo Padre Paulo V, en 1612”.

DE SANTA MARÍA, J. (1630): “Información sobre la posesión y propiedad de la milagrosa pila bautismal en el Osset Bético, territorio hispalense transamniano, San Juan de Alfarache, a Don Fernando Remírez Fariña, del Consejo y Cámara de Su Majestad, Patrono y Mayor pariente de la divisa Solar Real de Nuestra Señora de la Piscina, Fundación del Rey D. Remiro de Navarra”. Sevilla, impresor Francisco de Lyra.

GESTOSO Y PÉREZ, J. (1892): “Sevilla, monumental y artística. Historia y descripción de todos los edificios notables, religiosos y civiles, que existen actualmente en esta ciudad y noticia de las preciosidades artísticas y arqueológicas que en ellos se conservan” (tomo III). Sevilla (págs. 524-525).

Frailes franciscanos terceros son enviados a San Juan de Aznalfarache 16 de enero de 1400

Sección de grabado de 1565, con el encabezamiento "San Juan del Foratche" y dibujos de la Giralda y de la localidad de Gerena. En este trozo se contemplan las que serían las instalaciones conventuales de los frailes, junto a las murallas y algunas ruinas en la cima de la atalaya.

Monseñor D. Gonzalo de Mena (Arzobispo de Sevilla, entre los años 1393 y 1401), dejó por escrito:

En Viernes 16 días del mes de enero de 1400 años. In Dei nomine Amen. Nos Don Gonzalo de Mena, por la Gracia de Dios, Arzobispo de la Santa Iglesia de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Sevilla; de porque es divino oficio ser mas acrecentado, al servicio de Dios, Nuestro Señor y de la bienaventurada Santa María, y por hacer gracia a los Discretos, y honrados Religiosos Varones Fray Juan, Ministro de los Frailes de la Tercera Regla de San Francisco, que vive en nuestro Arzobispado, y a fray Alonso Marinos (y otros que apuntarlos havia) que vivir en el Monasterio de Santa María de las Cuevas de dicha Orden, que era una ermita, y hicimos nos y las instituimos convento de dicha Tercera Orden de San Francisco, con consentimiento de los Discretos Señores Dean y Cabildo de dicha Santa Iglesia, en las mejores maneras y forma que hacer podemos, damos a vuestra Orden la Iglesia Parroquial de San Juan de Alfarache, perpetuamente con todos sus términos, limitaciones, distritos, y qualquiera pertenencia que le son debidas de derecho, para que mas largamente podáis servir a Dios; y porque así sea, y por vos hacer limosna, y especial gracia, os damos ahora y para siempre perpetuamente un Beneficio perpetuo servidero”.

 

El historiador español Ortiz de Zúñiga, del siglo XVII, también escribió sobre esta toma de posesión:

Enfrente de Sevilla, donde había unas concavidades o cuevas, que daban nombre al sitio de Las Cuevas y, junto a ella, una ermita con una imagen de Nuestra Señora, que era tradición haber sido allí hallada o aparecida, en que los Terceros comenzaban a fundar monasterio: D. Gonzalo de Mena pidióles que lo dejasen con ventajosa recompensa, y diósela en otra iglesia, que había sido parroquial, intitulada de San Juan, en el castillo de Aznalfarache, cuya fábrica y beneficio también les anexó y más otra iglesia rural cerca de la villa de Niebla, de San Juan del Puerto, de que les otorgó instrumento en 16 de enero de este año, que está original en el archivo de la Santa Iglesia, en favor particularmente de Fr. Juan, su Ministro Provincial, que fue consentido por el deán Don Pedro Manuel y el Cabildo”.

 

Y el canónigo sevillano D. Ambrosio de la Cuesta (fallecido en 1707), también se refirió a esta primitiva fundación, dejando escrito:

En 16 de enero de 1400, el Arzobispo de Sevilla, Don Gonzalo de Mena, hizo gracia y donación a los Padres de la Orden de San Francisco del Orden Tercero, de permuta de San Juan de Alfarache y de una iglesia rural o ermita de San Juan de Morañina, junto a Bollullos del Condado, con las posesiones y rentas que tenían, y el cargo de Curas y Beneficiado perpetuo de San Juan de Alfarache, lo cual fue en recompensa de la iglesia y sitio que tenían junto a Triana los dichos Padres Terceros, para la fundación de la Cartuja; y el Arzobispo alcanzó también, del Cabildo de la Ciudad de Sevilla, que les hiciese donación a los Terceros de todo el sitio del Castillo del lugar de Alfarache, donde está la iglesia, y las tierras y aguas vertientes de dicho castillo, por la parte de afuera, como consta de las bulas pontificias y privilegios que los Padres guardan en su archivo (aunque sí se recopiló en los archivos episcopales).

 

Además del propio escrito de Monseñor D. Gonzalo de Mena, este franciscano, que falleció en el año 1712, también dio testimonio de ello:

F. Pedro de Santa Cruz, Lector de Theologias y Ministro de este Convento de Nuestra Señora de Consolación, Orden Tercera de N.S.P.S. Francisco de esta ciudad de Sevilla; certifico, que aviendo visto, y reconocido los archivos de este Convento, hallo, que goza por Union Ordinaria del Ilustrisimo y Reverendisimo Señor Don Gonzalo de Mena, Arzobispo que fue de esta Santa Iglesia de Sevilla, un Beneficio siempre servidero, sita en la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista de la Villa de Alfarache, con los anexos de la Iglesia de Santa Maria de Betlen de la Villa de Tomares, y la de Santa Maria de la Concepción, Calle Real de la Villa de Castilleja de la Cuesta, termino y Jurisdiccion de dicha Villa”.

 

En la documentación que se halló dentro de las pertenencias del Conde del Águila, del siglo XVIII, también se da fe del hecho acaecido:

Por los años del Señor de 1400 poco mas o menos vinieron de Italia a fundar en España, los religiosos Terceros, enbiados [sic] de su Ilustrísimo Padre Gabriel, estos, pues, por las correspondientes presencia del rey, Consejo y ordinario, fundaron en varios pueblos de Castilla, Galicia y ambas Andalucías, donde obtuvieron muchos conventos, pues en las Andalucías llegaron a más de treinta. El primero en las Andalucías fue el de Sevilla, y este fue el que al presente poseen los padres cartuxos o donde con la licencia del ordinario, y las supuestas ya del rey, y consejo estuvieron muchos años; de que da testimonio una mesa de piedra, que estava, y aun permanece en el refectorio con las armas de su orden guardadas y un tributo que les pagan, que su conservación aun siendo muy corto, da a entender, tener derecho de propiedad, o en el convento o alguna posesión suya. Estando pues, en su pacífica posesión, ocurrió que el Sr. Arzobispo de esta diócesis, el Sr. Mena, traxo a esta ciudad a los PP. Cartuxos, diciéndoles y habiéndole dado fundación en Alfarache no siendo el sitio acomodado a los Señores, y pareciéndoles lo sería el de los PP. Terceros, trató su ilustrísima de permuta, con ciertas condiciones que no pudieron negarse; y así se hizo el convenio de permuta con las condiciones, de que se les daría el Curato y Beneficio de Aznalfarache y Tomares con sus términos.

 

D. José Gestoso descubrió unos textos denominados “Anales del Convento”, que posee el Excmo. Sr. Duque de T`Serclaes Tilly, en los que se dice que los religiosos Terceros poseían la ermita de las Cuevas por propio derecho y que el Sr. Mena no hizo otra cosa más que proponerles el cambio por el de San Juan de Alfarache, con consentimiento del Deán y Cabildo. Dióles pues la citada iglesia, con todos sus términos, para que la labrasen nueva, e instituyó un Beneficio perpetuo servidero. Anejó también a esta fundación la ermita de San Juan de Moraniña, cerca de Bollullos del Condado, con sus posesiones y rentas. Otorgóles “la Cathedra, Procuracion y Visitacion de la dicha iglesia de San Juan, que pertenecían a la Mitra, con condición de que diariamente cantasen una capellanía por su alma”. Este ligero extracto fue copiado por D. José Gestoso, del instrumento original fechado el viernes 16 de enero de 1400 ante el notario apostólico Nicolás Rodríguez, canónigo.

 

También Rodríguez Navarro (2005) indica que los frailes terceros se hicieron cargo del eremitorio situado en la pequeña urbe que, por entonces, conformaba Castilleja de la Cuesta:

No hay duda del inmenso amor y veneración que los franciscanos profesaron siempre a la Madre de Dios, en especial a su Inmaculada Concepción, pues ellos fueron los grandes propagadores de su devoción. Así, los terceros franciscanos, al tomar posesión de la ermita, no dudaron en bautizarla con el nombre de Santa María de la Concepción:

“los frailes Terceros Franciscanos, tenía Título de Beneficiado, que en virtud de este Título habían estado en posesión de la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción de dicha Villa, desde hace más de 350 años (…). Que en donde ahora es Parroquia, había antes una hermita, que era anexa a la de San Juan de Alfarache, por consiguiente digesen allí misa los Religiosos”.

 

En el códice conocido como el “Libro Blanco”, sobre la situación de la Iglesia de Sevilla, elaborado a principios del siglo XV, aparece lo siguiente:

San Iohán de Hasnalfarache: En esta iglesia ay un clérigo e el arçobispo don Gonçalo anexó este benefiçio a los frayles de la tercera regla de sant Françisco. Otrossi ay aquí prestamera e la prestamera ha la meytad del terçio de todos los diezmos.

Curiosamente, este libro episcopal indicaría que los frailes deberían un diezmo a la Iglesia diocesana, algo que no aparece en ninguno de los otros textos, ni parece que en la realidad se llevase a efecto.

 

En total y con la escritura que, con fecha 16 de enero de 1400, redactó el prelado, con el consentimiento del deán y del cabildo metropolitano, lo que Monseñor D. Gonzalo de Mena cedió indefinidamente, con su correspondiente beneficio perpetuo, a aquellos franciscanos fue:

-La iglesia parroquial de San Juan de Aznalfarache, que incluía los términos de Tomares y la calle Real de Castilleja de la Cuesta, con todos sus anexos, como Duchuelas y Zaudín. Hay que indicar que, inicialmente, no podían ejercer como curas los franciscanos, porque aún estaría allí el que aún era párroco del pueblo, D. Pero González. Cuando este marchara o falleciera, entonces, los terceros también adquirirían el curato sobre dichos territorios.

-Esta iglesia parroquial, dentro del castillo, alcazaba mora o las aún murallas de tiempos almohades. Además, les aneja la fábrica de esta iglesia, con todos sus frutos, rentas y derechos.

-La iglesia parroquial de San Juan de Morañina (en el término municipal de la actual Bollullos Par del Condado, en Huelva, aunque entonces era parte de la demarcación de Niebla), con licencia para poner allí lo que los frailes quisieran.

Bibliografía:

-BELMONTE FERNÁNDEZ, D. (2016): Tesis “Organizar, administrar, recordar: El Libro Blanco y Libro de Dotaciones de la Catedral de Sevilla”. Universidad de Sevilla, Sevilla.

- GESTOSO Y PÉREZ, J. (1892): “Sevilla, monumental y artística. Historia y descripción de todos los edificios notables, religiosos y civiles, que existen actualmente en esta ciudad y noticia de las preciosidades artísticas y arqueológicas que en ellos se conservan” (tomo III). Sevilla (págs. 524-525).

-ORTIZ DE ZÚÑIGA, D. (1677): “Anales Eclesiásticos y seculares de la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla, metrópoli de la Andalucía, que contienen sus más principales memorias, desde el año 1246…”. Madrid, Imprenta Real.

-RAMÍREZ GONZÁLEZ, S. (2006): Tesis doctoral “Málaga seráfica. Arquitectura, patrimonio y discurso simbólico de los conventos franciscanos (1485-1835)”. Málaga, Universidad de Málaga.

-RODRÍGUEZ NAVARRO, A. (2005): “La Inmaculada Concepción de la Villa de Castilleja de la Cuesta (Sevilla)”. En ESTUDIOS SUPERIORES DEL ESCORIAL: “Actas del Simposium La Inmaculada Concepción en España: religiosidad, historia y arte”. San Lorenzo del Escorial, Madrid. RCU Escorial – Mª. Cristina. Páginas 261-263. 

Hechos previos a la inauguración de la Ciudad del Aire en San Juan de Aznalfarache 1939-1950

Titular y dibujo con perspectiva aérea, publicados en el año 1941, en el diario "Pueblo".

Textos y hechos previos a la inauguración de la Ciudad del Aire en San Juan de Aznalfarache 1939-1950

1939.

El BOE n.º 351, de 1939, publica el Decreto, de fecha 15-12-39, por el que se declaran de urgencia las obras de la Barriada de casas obreras de «Nuestra Señora de Loreto», para la Maestranza Aérea Nº. 2 en San Juan de Aznalfarache (Sevilla), siendo redactado el proyecto e iniciadas las obras a partir del 28 de febrero de 1940.

Los terrenos fueron adquiridos, por el entonces Ministerio del Aire, mediante expropiación y con el fin concreto de la construcción de viviendas para el personal de la citada Maestranza Aérea.

1940. Segunda región aérea, expropiaciones: Barriada de Casas Obreras para la Maestranza Aérea.

Edicto: Publicada en el Boletín Oficial del Estado, de 17 de diciembre de 1939, la declaración de urgencia de las obras de “Construcción de una Barriada de Casas Obreras para la Maestranza Aérea de esta Región”, es aplicable a las mismas la Ley de la Jefatura del Estado de 7 de octubre de 1939, sobre procedimiento de expropiación forzosa.

Para cumplir lo establecido en el artículo tercero dicha Ley y en el de la Circular de 31 de enero de 1940, publicada en el Boletín Oficial de Estado, de 2 de febrero del mismo año, se publica el presente edicto, haciendo saber a los propietarios y titulares de derechos afectados, inscritos en los Registros públicos, de las fincas que se especifican que, a los ocho días hábiles, a contar desde la publicación del presente edicto, en el Boletín Oficial del Estado y a las once horas, se procederá a levantar sobre el terreno el acta previa a la ocupación de las mismas, debiendo advertir a los interesados que podrán usar de los derechos que se consignan al efecto en el artículo cuarto de la mencionada Ley.

Diez fincas fueron expropiadas y pagadas a quienes figuraban como sus dueños. Entre estos nombres, encontramos los de los herederos de don Pedro Roldán Ramírez, doña Dolores Cabrera Moreno (de Tomares), don Antonio Martínez de Velasco, don Luis Taviel de Andrade y herederos de doña Antonia Cavaleri Maestre, don José Luque Henares, los herederos de don Otto Engelhardt y el propio Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache, entre otros.

1941.

En el Boletín Oficial del Estado, de 5 de marzo de 1941, se publica el Decreto de 21 de febrero, por el que se autoriza al Instituto Nacional de la Vivienda, para conceder al Ministerio del Aire los beneficios sobre Viviendas Protegidas, en la construcción de una barriada para obreros de la Maestranza de Sevilla.

Esta ley apareció en prensa los días siguientes, en publicaciones como: “La Almudaina”, “Diario de Burgos”, “Correo de Mallorca”, “Labor”, “El Avisador Numantino” y el 7 de marzo, en “El Adelantado de Segovia”, se explicitaría que se iban a edificar 700 casas para los obreros de la Maestranza de Sevilla, después de que fuese aprobado, por el Instituto Nacional de la Vivienda, el proyecto definitivo de construcción de la barriada. De acuerdo con el ministerio del Aire, dicho organismo empezaría la obra en San Juan de Aznalfarache rápidamente.

El diario “Pueblo,”, en mayo, hace referencia a que un nuevo poblado va a ser construido para los obreros de la Maestranza Aérea de Sevilla. Estará formado por una gran barriada de casas de renta reducida, con su plaza, ayuntamiento, teatro, cine, iglesia, dos escuelas primarias y guarderías infantiles. Se edificará en el cerro del inmediato pueblo de San Juan de Aznalfarache y en solar de la antigua ciudad romana de Osset.

En la nueva ciudad, ya que, por su extensión, población y organización, merece tal nombre, vivirán más de 600 familias, en otras tantas casas construidas, con arreglo a las más recientes normas del Instituto Nacional de la Vivienda. Las obras, que empezarán en breve, darán ocupación diaria durante varios meses a un millar de obreros. Su importe es de 10 millones de pesetas y el crédito ha sido aprobado ya por el Consejo de Ministros.

El poblado, que se extenderá sobre una superficie de 35 hectáreas, y que estará limitado por las hoy ruinosas murallas de la antigua Osset (en realidad, son las murallas almohades de Hisn al-Faray), se dividirá en dos zonas de desigual anchura y longitud, separadas por una depresión natural o pequeño barranco, que se aprovechará para hacer en él un fértil y simpático parque natural, cruzado por puentecillos y paseos, que servirá de solaz y recreo a los vecinos. En él se alzará la Cruz de los Caídos, trazada de acuerdo con la severidad propia de estos monumentos (la iniciativa del Cardenal Pedro Segura, con la construcción del monumento al Corazón de Jesús, impidió que esto se llevara a efecto).

El estilo de las viviendas será típicamente andaluz.

Las viviendas, en número aproximado de 700, serán de tipo y capacidad diversos, según las necesidades de los ocupantes y tendrán, aparte de las habitaciones, un pequeño corral o huerto, que pueda constituir la base de unos pequeños ingresos para la familia que las habiten.

Las casas que carezcan de corral o huerto estarán acondicionadas de forma que pueda instalarse en su planta baja una tienda. Así, todos los obreros de la Maestranza Aérea tendrán, además de su sueldo, un pequeño ingreso.

A la izquierda, una sección de los cuatro grupos de casas que tuvieron tienda en la parte inferior, situadas en la calle Mayor. Foto original en color.

En la construcción de las viviendas se emplearán los materiales típicos de la región, es decir: la cal, el ladrillo y el albero. La azotea, la reja y el patio añadirán a las casas nuevas notas de “andalucismo”.

Las calles, trazadas según el sentido estético andaluz, estarán desprovistas de adornos inútiles y presentarán, en muchos sitios, soportales que servirán de refugio al transeúnte en los calurosos días del estío sevillano.

Se reconstruirá la iglesia de la antigua Osset.

La iglesia que fue de la antigua Osset (como sabemos en el presente, esta información no es cierta, pues la última gran reforma de este templo es de principios del siglo XVIII, pero ha tenido tantas que se desconoce su antigüedad), y que, actualmente, se encuentra en estado ruinoso, será reconstruida, lo mismo que el convento que a su lado existió y en el que se instalará una residencia para sacerdote. Así quedarán cubiertas las necesidades del culto.

La instrucción pública estará atendida con dos escuelas primarias, establecidas una en cada zona, que contarán, además, con los centros infantiles necesarios, tales como guarderías, comedores, etc.

Instalaciones, al sur de la barriada, del colegio San Pedro Crisólogo, en primer término. Foto original en color.

Para la comunicación con Sevilla se utilizará una carretera descendente y, para la base aérea, de la que el nuevo poblado será prolongación, el viaducto de San Juan de Aznalfarache, tendido sobre el río Guadalquivir, Los servicios de tranvías, que cruzan el pueblo de San Juan de Aznalfarache, podrán ser también utilizados por los vecinos de la nueva barriada.

1946.

La “Hoja del Lunes”, en el mes de junio, se hace eco de las 700 casas que se están construyendo para mecánicos de aviación.

Setecientas casas, para mecánicos de Aviación y obreros especializados adscritos a la base aérea de Tablada, se están construyendo en terrenos de San Juan de Aznalfarache. El gobernador civil ha visitado estas obras, que están muy adelantadas. A estas edificaciones las apoyan, con su aportación, el gobernador civil, el ministerio del Aire, el Instituto Nacional de la Vivienda y la Junta Provincial de Obras Sociales. El poblado contará con capilla, escuela y jardines públicos.

1948.

BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO (29 de noviembre de 1948): Nº. 334, páginas 2957 y 2958.

Aprobado por el Ilmo. Sr. Director General de Aeropuertos, el proyecto de “Acerado y pavimentación de riego asfáltico y muro de pie de terraplén, en la urbanización de la barriada de Aviación en San Juan de Aznalfarache”, y habiendo sido aprobado asimismo por el Instituto Nacional de la Vivienda, de conformidad con el Decreto del Ministerio del Aire, de 21 de febrero de 1941, en el Boletín Oficial del Estado, de 5 de marzo, se hace saber:

Que durante 20 días naturales, contados a partir de aquel en que se publique este anuncio en el Boletín Oficial del Estado, se admitirán en esta Sección de Obras, durante las horas hábiles de oficina, proposiciones para optar al concurso-subasta de las obras, al principio reseñadas, cuyo presupuesto de contrata asciende a 1.266.647,38 pesetas.

[…]

Fuentes de la documentación:

- BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO, 17 de diciembre de 1939, N.º 351, página 7093.

- BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO, 11 de octubre de 1940, Nº. 285, página 4738.

- BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO (5 de marzo de 1941): Decreto de 21 de febrero de 1941, por el que se autoriza al Instituto Nacional de la Vivienda, para conceder al Ministerio del Aire los beneficios sobre Viviendas Protegidas, en la construcción de una barriada para obreros de la Maestranza de Sevilla. Página 1556.

- “Pueblo”, 7 de mayo de 1941.

- “La Almudaina”, 8 de mayo de 1941.

- “Hoja del Lunes”, 24 de junio de 1946.

- BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO (29 de noviembre de 1948): Nº. 334, páginas 2957 y 2958.

- CONGRESO DE LOS DIPUTADOS (14 de abril de 1997): Boletín Oficial de las Cortes Generales. Número 126.

Sobre la historia inicial de la Barriada Nuestra Señora de Loreto, puede visitar, también en este blog, los siguientes enlaces:

https://historiadesanjuandeaznalfarache.blogspot.com/2025/01/fotogaleria-de-la-ciudad-del-aire-de.html

https://historiadesanjuandeaznalfarache.blogspot.com/2025/01/inauguracion-de-la-ciudad-del-aire-en.html

Fotogalería de la Ciudad del Aire de Sevilla en San Juan de Aznalfarache 1941-1950

Mosaico de azulejo a Nuestra Señora de Loreto, en la plaza de la barriada que lleva su nombre.

Puede ver las fotos sobre la construcción y actuales las estructuras edificativas en la misma, tras la bibliografía de esta entrada.

Sobre la construcción y el nombre de la Ciudad del Aire de Sevilla, en San Juan de Aznalfarache, 1941-1950.

La fecha en que se iniciaron las obras de construcción fue en 1944 hasta el año 1950, en que fueron inauguradas oficialmente. Todas las edificaciones fueron viviendas unifamiliares, más los otros espacios de servicios comunes y sociales, como los dos colegios o el casino.

Los arquitectos del proyecto definitivo, fechado en 1944, fueron los hermanos Felipe (1910-1993) y Rodrigo Medina Benjumea (1909-1979), junto al ingeniero José María Rodríguez Gabás. A estos arquitectos sevillanos, también se les asignan otros importantes proyectos en la ciudad hispalense, como las viviendas y estación de autobuses del Prado de Sebastián (1944) y la Universidad Laboral (actualmente, Pablo de Olavide).

La relación de los dos arquitectos con San Juan de Aznalfarache no acabaría aquí, pues en 1960, se atribuye a Felipe el proyecto del Hospital Lazareto – Regina Mundi (actualmente, Regina Mundi), y en 1966, los dos también pusieron en planos la peculiar Barriada Cerro Alegre, en la pendiente del Cerro de los Sagrados Corazones.

La construcción de la barriada, como no podía ser menos al ser un emplazamiento militar, estuvo dirigida técnicamente por el Jefe de Obras de la Región Aérea del Estrecho, el teniente coronel señor Andeiro.

Más allá de la nomenclatura técnica, en este caso, como barriada de viviendas para los obreros de la Maestranza Aérea de Sevilla (y las instalaciones de la base aérea de Tablada), las diferentes colonias militares del territorio español fueron adquirieron unas denominaciones particulares relacionadas con la aviación, como la Colonia Pedro Vives, en Cuatro Vientos; Juan de la Cierva, en Getafe; Luis Dávila, en Armilla; o Nuestra Señora de Loreto, en San Juan de Aznalfarache. Éstos convivieron con la denominación más popular, a mediados del siglo XX, la de Ciudad del Aire, nombre que fue atribuida a las diferentes colonias y bases militares españolas, todas ellas del Ejército del Aire.

En total, fueron 735 las viviendas y edificaciones construidas, para una previsión de unos 3500 habitantes; la gran cantidad de alojamientos construidos situaba a esta Ciudad del Aire sevillana, o Barriada Nuestra Señora de Loreto, a finales de los años 60, como la segunda mayor colonia militar del Ejército del Aire en España, solo por detrás de Cuatro Vientos.

El caso concreto de esta barriada supone un ejemplo de intervención sobre un entorno, inicialmente natural, con la obligación de dar respuesta a un número elevado de viviendas sociales. Promovido por la Maestranza Aérea, y acorde al número de habitantes que significaba la construcción de ese número de viviendas, la ordenación incorporó equipamientos, como casino, dos grupos escolares o residencias para solteros.

El modelo propuesto basa su ordenación en la creación de calles-corredor de diferentes entidades y cualidades, alternándose las que poseen tráfico rodado con otras de circulación exclusivamente peatonal. Esto supone la modificación de la sección transversal, cuyo ancho no es igual en todas las calles. En el conjunto aparecen también plazas y miradores que aprovechan la privilegiada situación que crea la topografía de la cornisa del Aljarafe; estancias urbanas desde la que es posible contemplar Sevilla. La diversidad de espacios urbanos es causa principal de la calidad ambiental que presenta el conjunto.

Mirador al sur de la barriada, accesible desde la plaza Pimienta. Foto original en color.

Mirador en la pasarela elevada, en la esquina entre las calles Rabasa y Agoncillo, con la Giralda en el paisaje.

Los bloques de viviendas son lineales, apostando por la tipología de doble crujía que garantiza la iluminación y ventilación de todas las habitaciones y de la vivienda en general. No se supera las cuatro plantas de altura y todas ellas, se destinan al uso residencial. Se utilizan los dos sistemas más extendidos para la resolución en bloque de viviendas colectivas: la caja de escalera y la galería. En este último caso, la galería permite introducir un elemento netamente urbano como es el pórtico, resuelto mediante arcos y sobre el que descansa este corredor de acceso a las viviendas de planta primera.

En general, la imagen conseguida es propia de estos sistemas de ciudad destinados a clases sociales de bajo nivel adquisitivo, con fachadas planas donde proliferan los huecos uniformes y seriados en un número elevado, consecuente con la cantidad de habitaciones y viviendas de reducida superficie que es capaz de contener el bloque.

La construcción responde a medios tradicionales, llegando incluso a incorporar elementos tomados de la arquitectura popular, como tapias y puertas que se adornan con motivos propios de su larga tradición.

Fuentes documentales:

-MINISTERIO DEL AIRE (marzo de 1950): “Revista de Aeronáutica”. Nº. 112, año X, 2ª. época. Madrid, Ministerio del Aire.

- HERRERO BARRANCO, P. M. (2022): “La Ciudad del Aire: la nueva idea de urbanizar”. Murcia, Universidad de Murcia.

- “Guía digital del Patrimonio Cultural de Andalucía”, del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Consejería de Turismo, Cultura y Deporte.

Para mayor información, puede visitar también los siguientes enlaces:

https://www.sanjuandeaznalfarache.net/barriomonumento/barriadamonumento.htm

https://explicartesevilla.blogspot.com/2023/12/el-grupo-de-viviendas-nuestra-senora-de.html 

Las tres primeras fotos aéreas serían realizadas entre los años 1948 y 1949, con el Recinto Sagrado al Corazón de Jesús ya terminado y las obras de la barriada muy avanzadas.



Acceso al nivel superior en la Plaza Virgen de los Reyes.

Pasaje peatonal entre la calle San Pablo y las plazas Nuestra Señora de Loreto y María Auxiliadora. Foto original en color. 

Pasaje peatonal entre la calle Mayor y la plaza Virgen de los Reyes. Foto original en color.

Pórtico que hace esquina entre las calles Tablada y Tauima, con vistas a la calle Mayor. Foto original en color.

Pórtico superior, en la esquina entre las calles Tablada y Tauima. Foto original en color.

Pórtico con vistas a la calle Los Rodeos. Foto original en color.

Pórtico con vistas al Colegio Santa Teresa de Jesús y las calles Mayor y Rompedizo. Foto original en color.

Sobre la inauguración de la Barriada Nuestra Señora de Loreto, puede visitar también también en este blog, los siguientes enlaces:


Robo de 50 pesetas en San Juan de Aznalfarache, julio de 1893

Imagen realizada con inteligencia artificial. “El Noticiero Sevillano, diario independiente de noticias, avisos y anuncios”, Sevilla. Sábado...