Lope de Vega y San Juan de Aznalfarache en su obra

Retrato anónimo de Lope de Vega.

Lope de Vega Carpio (nacido en Madrid, en 1562, y falleció también en la capital, en 1635), uno de los poetas y dramaturgos más prolíficos e importantes del Siglo de Oro español (si quiere saber más, haga clic aquí) pasó parte de su infancia en Sevilla, en la casa de su tío abuelo paterno, Miguel de Carpio, Inquisidor de la ciudad. A principios del siglo XVII también estuvo viviendo unos años en Sevilla, donde realizó múltiples de sus composiciones y conoció al ya por entonces famoso novelista Mateo Alemán, quien previamente dio grandes muestras de conocer nuestro pueblo, gracias a su obra “Guzmán de Alfarache”.

Publicada en 1635, en la comedia romántica “Amar, servir y esperar” hay una escena que se desarrolla en nuestro término municipal, el segundo encuentro entre los amantes protagonistas: Feliciano y Dorotea.

Previamente a ese momento, en el barco en el que Dorotea viaja a nuestra localidad, se escucha cantar esta canción:

“Galericas de España,

sonad los remos,

que os espera en Sanlúcar

Guzmán el Bueno.

barcos enramados

van a Triana,

el primero de todos

me lleva el alma.

A San Juan de Alfarache

va la morena,

a trocar con la flota

plata por perlas”.

Hay otra obra de Lope de Vega, un entremés (“pieza teatral de carácter cómico y de un solo acto que, originalmente, se representaba en el entreacto de una comedia”, según la RAE), titulado “El Marqués de Alfarache”, dentro de la obra “Las aventuras del hombre”, representada en 1638 y publicada en 1644.

Hemos leído esta breve representación teatral a través del libro “Colección de las obras sueltas, así en prosa, como en verso de D. Fray Lope Félix de Vega Carpio, del hábito de San Juan” (tomo XVIII), publicado en 1778, pero no hay una pista clara que muestre que se habla de San Juan de Aznalfarache y, al desarrollarse en el interior de un edificio (castillo, palacio o hacienda), con muchos sirvientes, no hay detalles que aclaren el contexto. Se habla del “regimiento de Alfarache” y también de la corte (con lo que pudiera ser que el personaje del marqués viviese más cerca de la Capital española de lo que indica su título).

Además, Lope de Vega también vivió en Toledo, en cuya arquitectura defensiva medieval, también existe un torreón llamado “Alfarache”.

Juan de Mal Lara informa sobre San Juan de Aznalfarache 1570

Juan de Mal Lara, llamado también “de Malara” o “de Mallara”, nacido en 1524, en Sevilla y fallecido en 1571, en la misma ciudad, fue humanista, poeta, dramaturgo y paremiólogo español, en la época del Renacimiento (más información, en Wikipedia).

Entre sus obras y escritos, está el relato del año 1570, sobre la visita del monarca Felipe I de Castilla, a la ciudad de Sevilla y su provincia, titulado: “Recibimiento que la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla hizo a la Católica Real Majestad del Rey Don Felipe, nuestro Señor”.

A continuación, ofrecemos lo que escribió sobre nuestra localidad:

“En tiempos de moros, habrá quinientos y diez años, se repartía todo el Aljarafe en cuatro colonias o fortalezas, que eran Aznalcázar, Aznalfarache, Aznalcóllar y Sólucar de Albayde. Recogíanse allí los frutos que al rey de Sevilla pertenecían y, de allí, salían a defender la tierra. Donde Aznalfarache, que ahora llaman san Juan de Alfarache, muestra una cerca y fortaleza, y de donde salían a defender el paso de los que, por el río, bajasen a Sevilla. Tenía lugares anexos a su jurisdicción, que eran Palomares, La Puebla, Coria, Mairenilla y otros de su calidad, y es ahora, cada uno por sí, que corresponde a Sevilla”.

“Está enfrente, a la parte del río, Tomares, un hombre anciano, con un sayo azul y su sobrerropa morada y, en ambas manos, un monte con sus casas. Declara la jurisdicción que tiene sobre algunos pueblos a la redonda: San Juan de Alfarache, la calle de Castilleja, Camas, una fuerte que tiene muy buena”.

 

Ahogados en San Juan de Aznalfarache 1883 y 1884

Sección de foto de las aguas del Guadalquivir a su paso por San Juan de Aznalfarache, en el año 2007.

Nota en “La Correspondencia de España”, de 5 de octubre de 1883; en “Diario de Córdoba”, de 6 de octubre; y en “El Globo”, de 8 de octubre:

“Ha perecido, ahogado en el Guadalquivir, frente a San Juan de Aznalfarache, el joven empleado de la delegación de Hacienda de Sevilla, don Antonio Bautista Ruiz”.

En el año siguiente, en el “Diario de Córdoba”, con fecha 13 de marzo de 1884, se puede leer lo siguiente:

Desgracia. El martes apareció en Sevilla, flotando sobre las aguas del Guadalquivir, el cadáver de un hombre enfrente a San Juan de Aznalfarache, sin que, a pesar de las diligencias practicadas, pudiera ser identificada su personalidad”.

Refrenda esta noticia, la publicación “Gaceta Universal”, el mismo 13 de marzo, compartiendo la siguiente información:

“Ayer apareció ahogado un vecino de Sevilla en el río Guadalquivir, frente a San Juan de Aznalfarache”.

El cadáver de una mujer aparece en la orilla de San Juan de Aznalfarache 1881

Las aguas del río Guadalquivir, a su paso por San Juan de Aznalfarache, reflejadas en esta foto de 2007, desde el muelle fluvial, por entonces, accesible, tienen muchas historias que contar.

La primera noticia, de la que tenemos constancia por la prensa, a modo de suceso, es el hallazgo del cuerpo de una difunta en enero de 1881. El día 10, indicando que lo tomaban de otra publicación “Los Debates de Sevilla”, aparece en la edición madrileña de “Gaceta Universal”:

“Según todas las trazas, parece que acaba de cometerse un crimen horrendo.

El día 1 de este mes apareció, por el lado de San Juan de Aznalfarache, arrojado por el río, el cadáver de una joven como de 18 años, no mal parecida. Verificada la autopsia, se hallaron señales indudables de reciente y doble violación.

Conducido el cadáver al cementerio de dicho pueblo, el párroco del mismo se negó a darle sepultura, alegando que no llevaba insignia ni reliquia alguna cristiana. Hace días que el cadáver insepulto está colocado encima de un nicho, según informes comunicados que desearíamos no fuesen ciertos. Si lo son, sobran los comentarios.

Hay quien relaciona este hecho con el robo verificado, no ha muchos días, en una casa de esta ciudad y con la desaparición de una criada, de cuyo paradero no se ha vuelto a tener noticias”.

El día 12, la publicación “La Crónica Meridional” comunicaba también este suceso, con las mismas líneas, pero añadiendo un párrafo más:

“Sabemos que el señor Jefe de orden público ha capturado a varios presuntos reos de aquel robo y que se ocupa en la averiguación del otro crimen que referimos”.

También el diario “La Lucha”, con edición en Gerona, el día 14 de enero, comunicaba esta noticia con todos los párrafos anteriores. El periódico “El Defensor de Granada”, el viernes 16, se limitaba a transmitir el primer párrafo de la nota aparecida inicialmente en “Los Debates de Sevilla”.

El terrible año 1897 para San Juan de Aznalfarache

Comunica el diario político “El Orden”, el domingo 10 de enero de 1897, a causa de un temporal de agua, que estaba afectando gravemente a la provincia, sobre San Juan de Aznalfarache:

“En los centros oficiales no se han tenido noticias del estado en que se encuentran los vecinos de esta villa, a causa de no haber correo. Pero se sabe que va faltando el pan”.

En ese mismo día, en la publicación “La Época”, y al día siguiente, en “El Estandarte”, ambas en su edición de Madrid, aparecen las siguientes líneas:

“En Sevilla, las pérdidas caudas por las inundaciones son de gran importancia.

La prensa local publica artículos llamando la atención del Gobierno para que, cuanto antes, resuelva el expediente de defensa del río, que constituye una constante amenaza para Sevilla.

La Comisión provincial se ha dirigido también al Gobierno, suplicándole que envíen recursos para socorrer la inmensa miseria que se extiende por Sevilla…

Los pueblos de Brenes, La Rinconada, San Juan de Aznalfarache y La Algaba, lastimados por la inundación, piden auxilio. Es imposible prestárselo por el mal estado de los caminos. El cielo continúa encapotado, lloviendo a intervalos”.

Y por último, exponemos la nota informativa aparecida en el diario “El Orden”, con fecha 18 de enero del mismo año.

La aflictiva situación por que atraviesa la clase trabajadora del pueblo de San Juan de Aznalfarache, por efecto de las dos últimas riadas, ha venido a agravarse por el hecho de haber despedido, de la importante fábrica de loza allí establecida, a muchos obreros que aún la trabajan, porque las labores se han reducido por la dificultad para los embarques”.

De nuevo un mar entre Sevilla y San Juan de Aznalfarache en 1895

Relata el diario "El Liberal", con fecha 19 de enero de 1895:

"A las tres de la madrugada, a la misma hora que en el año 1892, fecha de la última riada, el Guadalquivir rebasó la arista del muelle y comenzó a cubrirlo con sus aguas. En la mañana de hoy, se podía ya navegar por todo el muelle, y a las doce la tarde, el río alcanzaba una altura de 6,34 metros, sobre su nivel ordinario. A la misma hora de la madrugada, el arroyo Tagarete inundaba todo el prado de Santa Justa y casas del Campo de los Mártires; el Guadalquivir entraba en la Vega de Triana por San Juan de Aznalfarache y por la Madre Vieja, anegando aquella por completo y obligando a guarecerse en las azoteas a las familias que habitan en las ventas, cuyo salvamento se está ahora disponiendo, y el Guadaíra se salía, también de su cauce, y llegaba hasta cerca de la Venta Eritaña.

El Guadalquivir está imponente. Anchísimo, alto, con sus aguas achocolatadas y turbulentas, como las de un torrente, animado de una velocidad extraordinaria, arrastra árboles de gran porte, bate con furia las pilastras del puente y los cascos de las embarcaciones y produce un ruido sordo e intenso".

En la publicación "La Atalaya, Diario de la Mañana", con fecha 20 de enero, aparece lo siguiente:

"Antes de que el río se saliera de su cauce (en Sevilla), había cubierto la vega de Triana.

El río comenzó a entrar en la vega por el lado de San Juan de Aznalfarache, y ya no se vieron en la vega más que las chozas y las casitas blancas de las ventas, rodeadas por el agua. La vega parece un mar de agitado oleaje. Llegan sus aguas hasta el pie de las mesetas de Castilleja".

Nuevamente el periódico "El Guadalete", esta vez con fecha de 25 de enero, vuelve a difundir información sobre esta inundación:

"Por medio de lanchas se comunica la ciudad con San Juan de Aznalfarache, y se ha establecido una guardia permanente de municipales de caballería, próxima a la huerta del Rosal".

Inundación en San Juan de Aznalfarache y otros pueblos en 1892

Aparece escrito en el diario "El Guadalete, periódico político y literario", en su edición del 11 de marzo de 1892:

"Los pueblecitos ribereños: La Algaba, Santiponce, San Juan de Aznalfarache, La Puebla, junto a Coria, y Coria, están inundados.

Por esta causa, la incomunicación de la Capital con los mencionados pueblos y los inmediatos Tomares, Camas y Gelves, es completa".

Inundación de la hacienda Santa Ana, término de San Juan de Aznalfarache, en 1888


La hacienda de Santa Ana, el término municipal de San Juan de Aznalfarche, actualmente al otro lado del río, era protagonista de la inundación en el año 1888, en la prensa escrita. Si quiere ver más información sobre la historia que recopilamos sobre esta hacienda, haga clic aquí. Por aquel entonces, este paraje estaba en el camino a transitar entre Sevilla y San Juan de Aznalfarache, sin necesidad de cruzar el río Guadalquivir.

Aparece escrito en el "Diario de Córdoba", con fecha 3 de enero de 1888:

"En la madrugada de hoy, saldrán fuerzas de la guardia civil de caballería a prestar auxilio a una familia que se halla en la hacienda de Santa Ana (aunque el periodista escribió equivocadamente "Oñana"), término de San Juan de Aznalfarache, y a otra de una huerta en término de Camas".

Ese mismo día, el diario "El Guadalete" publicaba que era el gobernador interino de Sevilla quien enviaba a una pareja de la guardia civil, en socorro de la familia en peligro que se encontraba en la misma hacienda, término de San Juan de Aznalfarache.

El 7 de enero, el "Diario de Barcelona" comunicaba que "Tablada y toda la Vega, desde San Juan de Aznalfarache hasta La Algaba, se hallan debajo del agua". Esta misma frase también se puede encontrar en el "Diario de la Marina", en su publicación del día 22 del mismo mes citado.

En barca de Sevilla a San Juan de Aznalfarache por la inundación en 1886

Informa el diario "El Guadalete: periódico político y literario", en su edición de 30 de enero de 1886:

"Estamos incomunicados con las provincias de Extremadura y de Huelva, con los pueblos del Condado y La Algaba, con Santiponce, Camas, Castilleja de Guzmán, Castilleja de la Cuesta y San Juan de Aznalfarache. Para el tránsito de las personas que tienen precisión de visitar sus posesiones por este lado, funcionan varias embarcaciones entre una y otra orilla de cortadura.

Dentro de la ciudad están inundadas la Alameda de Hércules y calles inmediatas, la Puerta de Triana, la calle de Gravina, parte de la de las Armas y la Puerta Real; el tránsito se practica por medio de balsas y borriquetes.

El río Guadaíra se ha desbordado y derrama sus aguas por la Vega de Tablada".

El inmenso lago que se veía ante San Juan de Aznalfarache en 1881


Comunicaba el "Diario de Córdoba: de comercio, industria, administración, noticias y avisos", el día 23 de enero de 1881:

"Dicen de Sevilla, con fecha de anteayer que, desde San Juan de Aznalfarache, la cuesta de Castilleja, Camas y Santiponce, solo se veía aún un inmenso lago, a pesar de haber amainado el temporal. La carretera de Huelva estaba cortada".

Grandes Festejos a Nuestra Señora del Carmen en San Juan de Aznalfarache 1953

Imagen de Nuestra Señora del Carmen que procesionó hasta el año 1972; en este año 2024, está en la sacristía del Templo parroquial de San Juan Bautista. La fotografía en blanco y negro fue tomada en el año 2017, al ser regresada a este templo parroquial.

Grandes Festejos en honor de la Santísima Virgen del Carmen, en los días 16, 17, 18 y 19 de julio de 1953, en el Barrio Alto de San Juan de Aznalfarache.

Día 18 de julio de 1953.

A las 7 de la mañana, gran diana de corneta y tambores. A las 9 de la mañana, carrera de cintas en bicicletas. A continuación, carrera pedestre para menores de 14 años y mayores de 3 meses.

A las 7 y media, carrera de cintas a caballo, con su correspondiente premio.

A las 6 de la tarde, concurso de tiro al plato. Por la noche, concurso de cante flamenco para los aficionados de la localidad y fuera de la localidad, con su correspondiente premio.

Día 19 de julio de 1953.

A las 7 de la mañana, gran diana, por la banda de cornetas y tambores de la Policía Armada y será acompañada por la célebre banda de música Municipal de Dos Hermanas; estas bandas irán acompañadas por los gigantes y cabezudos.

A las 10 de la mañana, gran concierto de música, por esta distinguida banda, en distintos lugares de la localidad.

A las 7 de la tarde, carrera de sacos y las bandas recorrerán las distintas calles de la localidad.

A las 8 y media la tarde, las bandas de música acompañarán a Nuestra Señora del Carmen en su recorrido, siendo la banda de escolta la célebre banda de Artillería, dirigida por D. Adolfo Balter López. Asimismo, se instalará una tómbola con abundantes y valiosos y regalos, y una caseta con grandes atracciones y bailes típicos de Andalucía.

El día 15, por la noche, la inauguración y prueba del alumbrado.

Entre los patrocinadores, aparecen:

-Barbería Higiénica, en calle Tablada, número 4 (Barriada Nuestra Señora de Loreto), de Antonio García Rodríguez.

-Los polos y bombones helados, y los napolitanos de José Campos (Joselillo), en la parada del tranvía.

-Estanco y tienda de bebidas de Rosario Ruiz, con extenso surtido de habanos.

-Panadería de Manuel Mateos.

Agradecemos a la actual Junta de Gobierno de la Ilustre y Fervorosa Hermandad de Nuestra Señora del Carmen, Ánimas Benditas del Purgatorio Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, de San Juan de Aznalfarache, la información, que compartimos a continuación, para poder darla a conocer.

 

Si desea saber más de la historia de la Hermandad del Carmen de San Juan de Aznalfarache, haga clic aquí.

Foto en blanco y negro, también del año 2017.

Un mar entre Triana y San Juan de Aznalfarache 1876

El diario “El Guadalete”, de 8 de diciembre de 1876, cita al periódico “El Español” (cuatro días más tarde, “Diario de Córdoba” también publicaría lo mismo), con el siguiente texto:

Con objeto de dar a nuestros lectores una idea de cómo se encuentra la vega de Triana, nos dirigimos ayer mañana al mejor punto de observación que puede escogerse: a la Giralda o, mejor dicho, al cuerpo del reloj, desde donde se descubre el extenso territorio que se halla debajo del agua. Esta, como siempre acontece, entra por el sitio nombrado de la Ribera y corre por las tierras llanas, hasta los montes de Santa Brígida y de San Juan, que le sirven de límite, ocupando también una gran parte de la dehesa de Tablada, de modo que cuanto alcanza la vista por aquel lado, hasta los citados montes, presenta el aspecto de un mar salpicado de verdes islas.

En una de ellas queda casi convertida Triana, pues al norte tiene el río y, al sur, una gran planicie llena de agua, que se junta con el río frente a San Juan de Aznalfarache.

La importancia del puerto de San Juan de Aznalfarache en el siglo XVI

Desconocemos el origen de este grabado de la época y a qué lugar hace referencia.

En el siglo XVI y gran parte del XVII, el Guadalquivir se erigió como la “columna vertebral de la ciudad hispalense y su cordón umbilical, que la nutría con el resto del mundo” (en la página 29, de “Historia de Sevilla, la ciudad del Quinientos). Dentro de esa vía de comunicación internacional en que se convirtió el río, uno de los muelles o surgideros importantes, después de los de la ciudad, fue San Juan de Aznalfarache. Desde el Descubrimiento de América, hasta la segunda mitad del siglo XX, nuestra localidad ha sido, en primer lugar, astillero y antepuerto (previo a Sevilla); y ya, en las épocas más recientes, muelle fluvial y surgidero (puerto, atracadero y/o fondeadero).

Poco después de 1492 y por nuestra gran cercanía a Sevilla, la localidad de San Juan de Aznalfarache se convirtió en espacio habitual para hacer labores de reparación y mantenimiento del revestimiento externo de los buques (las embarcaciones más grandes eran reparadas en zonas cercanas a las desembocaduras del río).

Indica Pacheco Morales-Padrón en “Consideraciones sobre la sustitución del puente de barcas de Triana”, las graves afecciones por agujeros que sufrían las embarcaciones de la época por un molusco llamado Teredo Navalis. Pero los sistemas de reparación no eran muy eficaces y tardaban en terminarse las operaciones de puesta a punto. Es por ello que el puerto de Sevilla se quedaba pequeño y, entre otros lugares, las naos se enviaban a San Juan de Aznalfarache, donde “se las varaba o sacaba al monte, aunque otras veces, se las hacía flotar a base de colocarlas en sus bandas pipas o toneles, o se las acostaba sobre otro barco, hasta que las quillas quedaran al aire”, para así poder ser arregladas.

Y el puerto y los muelles de San Juan de Aznalfarache debieron llegar a tener importancia, porque menciona Luis Esteban Rubio, en su tesis sobre la Escuela de Salamanca (2022), el siguiente hecho: El visitador (juez o ministro) Francisco de Bobadilla zarpó con su armada (conjunto de buques de guerra), desde Aznalfarache, en 1500, para devolver a más de 800 importados a su patria. Todo esto muestra que, a los ocho años del descubrimiento de América, ya nuestra villa tenía una importante estructura para acoger barcos, tripulaciones, pasajeros y mercancías de la época.

A principios del siglo XVI, el muelle de Sevilla y su Arenal estaban muy escasos de espacio y lo más cercano, a tres leguas de la ciudad (unos cinco kilómetros en aquella época), en la ribera de San Juan de Aznalfarache, los calafates y carpinteros se afanaban para la pronta reparación y rehabilitación de los navíos. Indica María del Carmen Mena García (“Sevilla y las flotas de Indias”), que en el año 1534, es en nuestra localidad donde los viejos barcos, que eran vendidos en Sevilla por los armadores para el comercio, los “ponen en monte” para su arreglo, pero que esta técnica no permite descubrir la quilla, ni aun dos tablas encima de ella, por lo que no los pueden aderezar bien, ni se pueden ver los daños que tales navíos puedan afectarles, con el peligro correspondiente de llevarlos al océano en mal estado.

San Juan de Aznalfarache era el destino de muchos barcos para que, en sus astilleros, se sacaran de monte a las embarcaciones, que eran arrastradas desde el Arenal de la ciudad y acá fuera carenadas (reparadas). A aquellos tripulantes también se les pagaba que comieran en instalaciones de nuestra villa.

Los astilleros de San Juan de Aznalfarache estuvieron muy activos hasta mediados del siglo XVI. La puesta a punto, carenado e incluso la construcción de embarcaciones menores debía suponer mucha ocupación para los lugareños y otros profesionales, comerciantes y navieros venidos de otras partes de España y Europa.

Bibliografía:

ALFONSO MOLA, M. (2018): “Puerto y puerta de las Indias” (págs.. 18 a 23), en CENTRO DE ESTUDIOS ANDALUCES: “Andalucía en la historia: Dosier Guadalquivir, cauce de nuestra historia” (Nº. 62, octubre-diciembre de 2018). Sevilla.

ESTEBAN RUBIO, L. (2022): “Sobre los derechos y deberes morales. Una propuesta de actualización de la Escuela de Salamanca ante los retos de nuestro tiempo”. Tesis depositada en la Universidad Carlos III de Madrid.

MENA GARCÍA, M.C. (2016): “Sevilla y las flotas de Indias, la gran armada de Castilla del Oro (1513-1514)”. Sevilla, Editorial Universidad de Sevilla.

MINISTERIO DE CULTURA Y DEPORTE (2021): “La Flota de Nueva España y la búsqueda del galeón Nuestra Señora del Juncal”. Publicaciones del Ministerio.

MORALES PADRÓN, F. (1989): “Historia de Sevilla, la ciudad del Quinientos”. Universidad de Sevilla.

NAVARRO GARCÍA (1966): “El Puerto de Sevilla, a fines del siglo XVI” (págs. 141 a 178), en “Archivo Hispalense, revista histórica, literaria y artística” (1966), Nº. 139-40, tomo XLV. Publicaciones de la Diputación Provincial de Sevilla.

PÉREZ-MALLAÍNA, P. (1997): “Auge y decadencia del puerto de Sevilla, como cabecera de las rutas indianas”.

PACHECO MORALES-PADRÓN, M. (2018): “La organización portuaria del Golfo de Cádiz en los siglos XVI y XVII: el Arenal de Sevilla y sus antepuertos”.

PACHECO MORALES-PADRÓN, M. (2018): “Consideraciones sobre la sustitución del puente de barcas de Triana: un proyecto de puente de piedra (1631)”. Revista de Historia del Arte, Nº. 24, págs.. 42-57.

VEITIA LINAGE, J. (1672): “Norte de la Contratación de las Indias Occidentales, dirigido al Excmo. Sr. D. Gaspar de Bracamonte y Guzmán”. Sevilla.

La inundación de San Juan de Aznalfarache en 1821

Grabado de 1812, desde la atalaya de San Juan de Aznalfarache.

En el tema de las avenidas del río Guadalquivir, hemos encontrado la primera referencia explícita con San Juan de Aznalfarache, en el libro “Historia crítica de las grandes avenidas del Guadalquivir, en Sevilla, desde su reconquista hasta nuestros días” (1878, tomo II), escrito por D. Francisco de Borja Palomo.

En el año 1821, aparece el siguiente texto:

“Muchos de ellos observaron la formación de dos nubes espantosas, por su extensión y color oscuro, una al lado de San Juan de Hasnalfarache y otra hacia Tablada, produciendo una manga de aire, que empezó su curso de Poniente a Levante…”

Y en el mismo año, aparece otra mención a nuestra localidad:

“Las vegas de Santi Ponce, Camas, Triana, San Juan de Hasnalfarache, Tablada, venta de Aritaña y prado de San Sebastián estuvieron convertidas en un mar, habiendo perecido en ellas y, principalmente, en las islas del Guadalquivir, mucho ganado, por lo difícil de retirarlo a tiempo a terreno más alto”.

Consta, además, en el “Diario Constitucional de la Ciudad de Zaragoza”, con fecha 30 de enero de 1821:

“Los regidores de este ayuntamiento (de Sevilla) estuvieron recogiendo ayer limosna para los arriados; y repartieron 18 hogazas de pan, entre Camas, Triana y San Juan de Aznalfarache. Hoy ha ofrecido darles pan el cabildo eclesiástico; y algunos particulares se han brindado también a dar granos para abastecer de pan a estos desgraciados”.

Avenidas del Guadalquivir hasta el siglo XVII, en San Juan de Aznalfarache

NOTA INTRODUCTORIA: hasta principios de los años 30 del siglo XX, el río Guadalquivir bajaba desde Sevilla hasta San Juan de Aznalfarache directamente, y que, en los siglos anteriores, para entrar o salir de la capital de la provincia en barco, había que pasar por esta villa ribereña. Igualmente, la ciudad y nuestra localidad estaban comunicadas por tierra, sin que el río fuese una barrera natural. Por eso, en el inicio, mostramos uno de los grabados que reflejan aquella realidad en el siglo XVI.

Con este artículo, comenzamos una temática sobre avenidas e inundaciones del río, enumerando muy brevemente el interesantísimo estudio sobre las avenidas del Guadalquivir (puede visitarlo haciendo clic en el siguiente enlace https://www.elsitio.eu/cosas-del-guadalquivir/avenidas-del-guadalquivir), las cuales, aunque no se nombre, si afectaron a Sevilla, también debieron afectar a nuestra localidad.

Las primeras datadas y que, por tanto, debieron suponer importantes daños para la ciudadanía son de: 1011, 1168, 1200, 1297 y 1383.

En el siglo XV: 1403, 1434, 1435 y 1485, que fue muy grave.

En el siglo XVI: 1507, 1522-23, 1544, 1545, 1554, 1590, 1592-93, 1595 y 1596.

En el XVII tuvieron lugar 22 avenidas, repartidas entre los siguientes años: 1603-04, 1608, 1618, 1626, 1633, 1642, 1649, 1683-84, 1691-92 y 1697. En 1649, Sevilla era la ciudad con más habitantes de España y por la epidemia que provocó anegación de calles, murió la mitad de la población, aproximadamente.

Hasta que acabara la dominación almohade, en el siglo XIII, la población de Hisn al-Faray, residiría principalmente en la atalaya más cercana al río, tras las murallas. Fue a partir de entonces cuando se empezó a habitar la parte baja, más ribereña, para cultivar y recoger los frutos de los campos, ya pasando a ser denominada nuestra localidad, como Alfarache o San Juan de Alfarache. Además, a finales del siglo XV y desde el siglo XVI, contábamos en nuestra localidad con astillero para la reparación de barcos. Estos temas serán desarrollados en otros artículos con la etiqueta Guadalquivir.

El teresianista más importante del siglo XX en San Juan de Aznalfarache 1952

Imagen de Santa Teresa, esculpida en mármol, junto a Nuestra Señora del Carmen, en el Carmelo Teresiano de San Juan de Aznalfarache.

Texto publicado el 25 de septiembre de 1952, en “Sevilla, Diario de la tarde”.

Un ilustre teresianista en San Juan de Aznalfarache.

Ha sido huésped de Sevilla, durante unos días, el reverendísimo padre general de los Carmelitas Descalzos, fray Silverio de Santa Teresa, considerado como el más destacado teresianista de nuestros días.

El sábado (20 de septiembre de 1952), celebró una misa de comunión en el Carmelo del Cerro de los Sagrados Corazones de San Juan de Aznalfarache, a la que asistió el eminentísimo señor Cardenal Arzobispo (Mons. D. Pedro Segura y Sáenz), quien quiso honrar así al ilustre superior del Carmelo Teresiano que, en este año, celebra sus bodas de oro sacerdotales.

Asistieron a la misa y comulgaron las religiosas de Santa Teresa de la nueva Residencia Universitaria Femenina (también en San Juan de Aznalfarache) y numerosos terciarios carmelitas. El reverendísimo padre general dirigió una bellísima plática a la selecta concurrencia, a la que contestó Su Eminencia Reverendísima, con palabras de sumo encomio para el sabio carmelita.

El ilustre religioso marchó a Gibraltar, donde embarcará rumbo a Nápoles.

Si desea saber cuáles fueron las palabras previas del cardenal a la inauguración de este Carmelo Teresiano en San Juan de Aznalfarache, haga clic aquí.

Si desea saber cómo fue la ceremonia de inauguración de este Carmelo Teresiano en San Juan de Aznalfarache y ver más fotos del lugar, haga clic aquí.

Bendición e inauguración del Carmelo Teresiano de San Juan de Aznalfarache 1952

Foto que se publicó sobre este acontecimiento en el periódico "Sevilla, Diario de la Tarde", el 17 de mayo de 1952. 

En mayo de 1952, tuvo lugar la celebración de la Asamblea de Órdenes Terceras del Carmen de Andalucía, con eventos y ceremonias en lugares tan sevillanos como la Catedral o el Santo Ángel.

En la publicación “Sevilla, Diario de la Tarde”, de 17 de mayo de 1952, se recoge que, en San Juan de Aznalfarache, el acto de clausura de dicha asamblea, el domingo 18, a las cinco de la tarde, sería la bendición e inauguración, por Mons. D. Pedro Segura y Sáenz, la bendición e inauguración del Carmelo Teresiano situado en el Cerro de los Sagrados Corazones. La ceremonia incluiría la consagración del Carmelo a los Sagrados Corazones de Jesús y María, con procesión eucarística por el recinto sagrado, la alocución del cardenal y la bendición con el Santísimo.

Ante la prevista masiva afluencia de devotos carmelitas y peregrinos a esta manifestación de fe y de piedad en San Juan de Aznalfarache, se establecieron refuerzos de tranvías y autobuses desde de la capital, a partir de las dos de la tarde (tres horas antes del acontecimiento).

El mismo periódico indicado anteriormente, publica el lunes 19 cómo se desarrolló este magno acto:

El domingo, por la tarde, fue bendecido e inaugurado, en el Cerro de los Sagrados Corazones, un Carmelo Teresiano, anhelo de la Venerable Orden Tercera, que ha sido realizado merced al celo del venerado prelado. Para la solemne ceremonia se congregó, en el vasto espacio del grandísimo recinto sagrado, una verdadera multitud de fieles y devotos carmelitanos de todas partes.

Llegaron autobuses repletos de personas pertenecientes a la Orden Tercera de Cádiz, San Fernando, Granada, Córdoba, Málaga, Écija y de las seis provincias carmelitas de España y la de Portugal, con sus padres directores, luciendo todos el escapulario de la Virgen del Carmen. Los numerosos autobuses llevaban pancartas indicando la provincia que se pronunciaba por el Carmelo.

A las cinco de la tarde se empezó el rosario en la capilla votiva y se organizó la procesión eucarística, portando el Santísimo el Rvdo. P. Simón de Santa Teresa, superior de Málaga y los superiores de Valladolid y de Lisboa.

La Capilla Isidoriana, dirigida por el maestro Urcelay, cantó preciosos motetes, a los que acompañaba la multitud.

Mientras la procesión se acercaba al lugar, el cardenal Segura, revestido de pontifical, procedió a la bendición del Carmelo. En la cumbre de la escalinata se ha construido este devoto Carmelo. Figura en el centro una imagen de la Virgen del Carmen y, a los lados, la transverberación de Santa Teresa de Bernini, y San Juan de la Cruz, preciosos altorrelieves en mármol, sobre hornacinas de jaspe, debidos al cincel notable de Rius. Cuatro faroles de plata, sobre candelabros, lucían sus cirios, y columnas de alabastro transparente daban luz indirecta. Completaban el brillante exorno ramos de flores por doquier.

Asistieron a la bendición el general de Intendencia, don Manuel Sancho Braset, padrino de Santa Teresa y San Juan de la Cruz; el comandante de Marina, señor Ruiz Bauzá y Ruiz de Apodaca; el delegado de Hacienda, don Juan González Palomino, y el teniente coronel de Aviación, don Pedro Álvarez. También estaban el vicario general, doctor Castrillo Aguado; el secretario de cámara, señor Muñoz de Morales, y varios capitulares, y numerosos sacerdotes y religiosos, especialmente carmelitas, con sus capas blancas.

Llegó la procesión, precedida de numerosos banderas y estandartes de la Orden Tercera de España y Portugal y, después de cantar el “Alleluia” de Victoria, el cardenal Segura dirigió una encendida alocución, diciendo que “nos encontramos ante una reproducción del Monte Carmelo, coronado por el monumento al Sagrado Corazón. Faltaba, en este monte santo el Carmelo, que ahora inauguramos. Este monumento de la piedad carmelitana corona el monte para gloria de la Virgen”.

El señor cardenal glosó el himno que la Iglesia dedica a la Virgen, que es “la verdadera Puerta del Cielo y, por eso, hoy es día de grandes gracias para este monte santo, para la ciudad y la archidiócesis”.

Después, leyó las dos fórmulas emocionadas de consagración del Carmelo a los Sagrados Corazones de Jesús y María.

Seguidamente, el señor cardenal, de pontifical, impartió la bendición eucarística, desde lo alto, mirando a la ciudad, constituyendo un momento de suma emoción. Después, se entonó la salve, que cantó la muchedumbre y, finalmente, el himno carmelitano.

El acto fue retransmitido por Radio Nacional de España en Sevilla.

Si quiere conocer las palabras previas sobre la inauguración y bendición de este Carmelo Teresiano en San Juan de Aznalfarache, haga clic aquí.

Si quiere conocer la ceremonia que tuvo lugar con el teresianista más importante del siglo XX, en San Juan de Aznalfarache, haga clic aquí.

Más fotos de este Carmelo Teresiano en San Juan de Aznalfarache:

El Carmelo Teresiano de San Juan de Aznalfarache es una capilla con un altar preconciliar, en el mirador inferior del Recinto Sagrado al Corazón de Jesús.



Imagen de Nuestra Señora del Carmen, en el centro del Carmelo Teresiano.

La imagen de Nuestra Señora del Carmen con la representación de Santa Teresa de Jesús.

La imagen de Nuestra Señora del Carmen con la representación de San Juan de la Cruz.
Los relieves en mármol de este Carmelo Teresiano, al igual que los de las capillas de los misterios Dolorosos, Gloriosos y Gozosos de la Avenida del Santo Rosario y de las estaciones del Vía Crucis en torno a la casa de ejercicios espirituales Betania, son obra del escultor Claudio Rius Garrich (1892-1970).

Alocución sobre el Carmelo Teresiano en San Juan de Aznalfarache 1952

El Carmelo Teresiano, una capilla con altar preconciliar, sobre la escalinata de la Avenida del Santo Rosario, en el mirador inferior del Recinto Sagrado al Corazón de Jesús.

Texto publicado en “Sevilla, Diario de la Tarde”, el 13 de mayo de 1952:

Alocución pastoral del Cardenal Arzobispo de Sevilla, con motivo de la erección del Carmelo Teresiano en el Cerro de los Sagrados Corazones (San Juan de Aznalfarache), ha publicado Su Eminencia Rvdma. Una alocución pastoral, cuya parte más esencial, con mucho gusto, reproducimos:

La nueva petición de la Venerable Orden Tercera del Carmen y Santa Teresa de Jesús.

Con sumo agrado y verdadera ilusión hemos acogido la petición de la Venerable Orden Tercera de la Virgen del Carmen y de Santa Teresa, de que en la cumbre misma de la escalinata que da acceso al Cerro de los Sagrados Corazones, que ofrece hermosísimas perspectivas, se edificase un pequeño Carmelo Teresiano, donde recibiese culto la Santísima Virgen del Carmen y en el que se honrase a los dos Fundadores: Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.

No pocos son los títulos que puede alegar la Venerable Orden Tercera de la Virgen de la Carmen, para querer tener esta representación en aquel centro de la piedad sevillana.

Y los directores de la Tercera Orden han querido unir, a la inauguración del Carmelo Teresiano, la celebración de una Asamblea.

Habrán de publicarse oportunamente los programas detallados de estas fiestas, que congregarán en el sagrado Cerro, no sólo a los miembros de la Orden Tercera, sino a los numerosísimos devotos que tiene en Sevilla la Virgen del Carmen.

A este fin, os hacemos algunas ligeras indicaciones para estimularos a la celebración de estas fiestas, que tendrán lugar en el presente mes de mayo.

Devotísimo de esta dulce advocación de la Santísima Virgen del Carmen desde nuestra niñez, vemos providencialmente cumplidos nuestros deseos de tener este pequeño Carmelo Teresiano en el recinto sagrado del Monumento.

No hay quién ignore los títulos tan fundados que justifican esta nueva expansión de la Orden Tercera. Entre las alabanzas que resuenen el aquel sagrado Cerro en honor de Nuestra Señora, no pueden faltar las de la Virgen del Carmen.

Sevilla mariana es profundamente carmelitana, como lo ha demostrado siempre que se ha tratado de honrar a la Reina del Carmelo y como lo manifiestan sus templos, sus altares e imágenes predilectas, sus innumerables Cofradías del Escapulario, sus novenas y procesiones del Carmen.

Es la devoción universal y tradicional de las familias cristianas que, ya desde la pila bautismal, revisten a sus seres queridos del Escapulario salvador de Nuestra Señora.

Sobre las relaciones que unen a la ciudad de Sevilla con Santa Teresa de Jesús, cuyo cuadro de la “transverberación” recibirá culto en el Carmelo Teresiano, ha escrito el Rvdmo. Padre General de la Orden de la Descalsez Carmelitana, las palabras que, gustosamente, hacemos nuestras:

Para mí, no cabe duda de que Santa Tersa, por su gentileza, por la bondad ingénita de su carácter, por lo expresivo y donairoso de su conversación, por lo fascinador y atrayente de su trato, por el risueño y generoso concepto que tuvo de la vida, sintió grandes simpatías por esta región.

Si se exceptúa Ávila, donde la santa nación y pasó la mayor parte de su vida, no conozco región ni cuidad de España, que más gratos y abundantes recuerdos conserve de Santa Teresa que Andalucía y la capital del Betis.

“Las moradas” son el corazón de la santa, dotado ya de inmortalidad, y “Las moradas” el mejor tesoro teresiano, por exquisita deferencia de su autora, las guarda Sevilla entre planchas de oro y plata.

También San Juan de la Cruz, Doctor de la Iglesia Universal, Patrón de los poetas españoles, pasó frecuentes temporadas en Sevilla, en especial, durante el tiempo en que fue Vicario Provincial de Andalucía (1585-1587). De su reducido epistolario, se conserva una carta del santo fechada en esta ciudad (junio de 1586), en la que dice, como si hubiese logrado algo pacientemente suspirado: “Ya estoy en Sevilla”.

Homenaje preparatorio en la Catedral y Asamblea de la Venerable Orden Tercera del Carmen y de Santa Teresa.

Tan grande acontecimiento, venerables hermanos y muy amados hijos, debe convenientemente prepararse; así se ha pensado en tener una preparación digna, en los días 15, 16 y 17 del actual mes de mayo, en el Santo Templo Metropolitano, para lo cual se ha contado con la aquiescencia del Excelentísimo Cabildo.

Revestirán los actos la solemnidad acostumbrada en nuestro Santo Templo Metropolitano, según se anunciará oportunamente en el programa que se publique.

Coincidiendo con estos actos carmelitanos de la ciudad, la Venerable Orden Tercera seglar del Carmen y Santa Teresa, celebrará su I Asamblea Regional en la Iglesia del Santo Ángel, de Padres Carmelitas Descalzos, de esta ciudad.

La Orden Tercera del Carmen es la Orden Tercera Mariana por excelencia, ya que es prolongación en el mundo de la “Orden de la Virgen”, “Carmelus totus Marianus” es el estribillo de los siglos. Suprimid a María del Carmelo y el Carmelo no tiene razón de existir.

Toda la historia del Carmelo no es más que un desafío de amor, empeñado, a través de los siglos, entre María y sus Hijos, los Carmelitas. María, prodigando su materna protección y bendiciones; y sus Hijos, consagrando a Ella la Orden y dedicándole un culto especialísimo. El Carmelo es todo mariano; y la Orden Tercera debe de ser toda mariana.

Con estas palabras excitaba el entonces Prepósito General de los Carmelitas Descalzos a la Venerable Orden Tercera a permanecer fieles a su espíritu y vocación.

Hermosas flores, Venerables Hermanos y muy amados Hijos, depositadas en los altares de la Santísima Virgen, sean estos obsequios que se le rindan, con el motivo de la inauguración del Carmelo Teresiano del Monte de los Sagrados Corazones.

Si quiere saber cómo fue la inauguración y bendición del Carmelo Teresiano en San Juan de Aznalfarache y conocer más sobre este lugar, haga clic aquí.

Si quiere saber cómo se desarrolló la ceremonia, con el teresianista más destacado del siglo XX, en San Juan de Aznalfarache, haga clic aquí.

Robo de 50 pesetas en San Juan de Aznalfarache, julio de 1893

Imagen realizada con inteligencia artificial. “El Noticiero Sevillano, diario independiente de noticias, avisos y anuncios”, Sevilla. Sábado...